Las montañas rusas necesitan un mantenimiento muy puntero. Se trata de piezas de desgaste que deben ser cambiadas o reparadas mucho antes de que fallen, pues entonces nada tendría sentido. Un ascensor, por ejemplo, no lo vas a arreglar cuando está roto y se ha caído al vacío, sino que vas a mantenerlo para prevenir precisamente que ocurra esto. En una montaña rusa es exactamente igual, e incluso todo debe ser más exacto y puntero.

Ya no solo por seguridad, sino porque los usuarios pagamos una entrada para disfrutar de todas las atracciones, y que alguna no esté operativa no es plato de buen gusto. Por ello, se está comenzando a usar Inteligencia Artificial que escucha fallos en este tipo de máquinas. Se trata de OneWatt y Noiseless Acoustics, dos compañías desarrolladoras de IA capaces de detectar patrones de fallos en máquinas mediante el sonido.

La IA que detecta fallos en montañas rusas

La Inteligencia Artificial está compuesta por un hardwaresoftware capaz de analizar los sonidos y analizarlos. Estos sonidos no tienen por qué ser acústicamente detectables, por supuesto, pero no hace falta que también lo sean para el oído humano, eso sí, los sonidos deben ser medibles.

montaña rusa Efteling

Funciona de modo muy similar a esa Inteligencia Artificial capaz de detectar fallos en motores de coches simplemente oyéndolos funcionar. Sin duda, tecnología “del futuro” para ayudarnos en el presente.

Efteling, un parque temático de Países Bajos, es uno de los primeros parques de atracciones que está probando esta tecnología tan puntera para evitar precisamente que una atracción esté de 10 a 14 horas inactiva, como suele pasar cuando ocurre, provocando molestias entre los usuarios. «Para nuestros clientes, significará tiempos de inactividad menos imprevistos de los viajes y, por lo tanto, una experiencia aún mejor».

Pero claro, la IA no es magia y como tal no puede hacer milagros. Por lo tanto, necesita que no se eliminen los ruidos de fondo, como los gritos de los usuarios del parque y todos los factores externos que pudieran influir en la acústica. Quizás necesiten la IA del MIT capaz de separar el sonido de un instrumento de cualquier otro.

 

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