Google deja que una IA controle el sistema de refrigeración de sus servidores
Google ha creado una Inteligencia Artificial que controla la refrigeración de los servidores de sus centros de datos, un riesgo que ha dado sus resultados.
19 agosto, 2018 18:07Noticias relacionadas
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¿Han llegado los desarrollos de IA al punto en el que podemos fiarnos de ellos para tareas importantes? Está muy bien reirse de los fallos que cometen cuando intentan interpretar imágenes; o cuando fallan estrepitosamente como empleados en una tienda.
Puede que todo eso haga gracia, pero nadie invierte tantos millones sólo para eso; y si no, que se lo digan a Google. El gigante de la tecnología lleva años trabajando en el desarrollo de aprendizaje automático e IA, con un claro objetivo; usarlo en producción, como una herramienta más. Ya sea para mejorar sus servicios, o su propia infraestructura.
Es por eso que Google ha tomado la decisión de dejar en manos de una Inteligencia Artificial el sistema de refrigeración de algunos de sus centros de datos. Eso significa que, de manera efectiva, los empleados de Google ya no se dedican a esa tarea; sólo pueden mirar y comprobar que la IA haga bien su trabajo.
Google implementa Inteligencia Artificial que controla la refrigeración de servidores
El algoritmo lleva en desarrollo dos años, y se centra en el ajuste de ventiladores, refrigeración y otro equipamiento. Las salas de servidores pueden calentarse muy rápido si el flujo de aire no es el adecuado; y eso puede tener consecuencias catastróficas, si los equipos empiezan a sobrecalentarse y a apagarse por ello. Estamos hablando potencialmente de datos perdidos, horas de uso desaparecidas, y mucho dinero por el desagüe. Es por eso que la refrigeración de las salas de servidores es una prioridad para cualquier empresa que cuente con ellas, incluso si es pequeña.
Si es una parte tan vital, ¿por qué arriesgarse y dejarlo en manos de una máquina? Hay que aclarar que el traspaso de poderes no ha sido inmediato; el sistema ya llevaba un tiempo funcionando, enviando recomendaciones a los empleados responsables de los centros de datos. Estas recomendaciones incluían cambios en la refrigeración dependiendo de la carga; una refrigeración que, por supuesto, cuesta energía.
Los resultados han sido tan buenos, que Google ha optado por depender en exclusiva de la IA; en total, se calcula que se ha ahorrado un 40% de energía en los sistemas de refrigeración, como apuntan en MIT Techonology Review. Y eso es mucho dinero. También es importante que los responsables humanos tenían confianza en el sistema, que cuenta con controles de seguridad que evitan que haga nada demasiado loco.
Google presume de que es la primera vez que un sistema como este toma el control de la refrigeración a esta escala. Pero probablemente no será la última.