Si hay una pieza de tecnología que haya irrumpido con fuerza en nuestras vidas sin duda han sido los drones. Unos aparatos que pasaron de ser considerados ciencia ficción a algo más serio, pudiendo ser accesibles para todos los mortales y con multitud de usos diferentes, como grabación de vídeo, transporte de cosas, etcétera. Pero ahora tienen un uso nuevo e inesperado (y también drástico, para qué mentir): el control de plagas.
Ese es el plan que están llevando a cabo en las Islas Galápagos de Seymour del Norte, zona en la cuál están desplegando drones que lanzan pesticidas por una plaga de ratas que asola la isla. Y aunque pueda parecer una solución muy burra, tiene más ventajas de lo que parece.
Drones para controlar plagas: se está probando y funciona
Como decimos, existe una plaga de ratas en la zona de Seymour del Norte, en las Islas Galápagos. Esta especie invasora introducida por el hombre está provocando severos destrozos y problemas entre la comunidad y en el ecosistema, y aunque en el año 2008 se expulsaron de la isla, han vuelto a nado por la isla vecina, Baltra. La solución ha sido más que llamativa: han usado drones para lanzar bombas pesticidas y así acabar con la plaga.
Hay que razonar por un momento el por qué se usan estos drones y no un helicóptero o un equipamiento superior. Para empezar la zona de Seymour del Norte no es especialmente grande, poco más de 250 hectáreas. Fletar helicópteros para una plaga en una zona tan “pequeña” como esta hubiera provocado incluso más daños que las mismas ratas, ya sea contaminando con pesticida el agua y los estanques o envenenando al animal incorrecto.
Estos drones son ideales para esta tarea. Pesan alrededor de unos 24 kilos y se encargan de soltar bombas pesticidas en lugares concretos en los cuáles la concentración de ratas es mayor. El pesticida usado es rodenticida y los drones de 6 rotores transportan cargas en pellets de 19 kilos. Son de color azul para que no despierten el interés de las aves, las principales damnificadas por la plaga. Los operadores desde un barco en alta mar lanzan y aterrizan los drones.
La erradicación está teniendo resultados gracias a la precisión y monitorización que ofrecen estos aparatos, y la zona se está estableciendo poco a poco.
Este sistema tiene numerosas ventajas
Este sistema está funcionando y la plaga de ratas está próxima a la erradicación. Pero tras la operación los operarios han hablado de las ventajas que suponen los drones en este tipo de operaciones. Estos drones son especialmente transportables y pueden transportar cargas controladas para aumentar la precisión del lanzamiento de estas sin que ello repercuta en el impacto.
Además la principal ventaja es el monitoreo. Como buenos drones que son pueden monitorizar la zona para que los investigadores estén pendientes de los cambios que en esta se produzcan y así ver si el control de plagas está surtiendo efecto. Esta parte del proceso es especialmente importante, ya que un helicóptero o un grupo de personas no sirven para controlar la operación de forma totalmente eficiente, bien porque los helicópteros son caros o bien porque la zona es difícil de practicar.
En algunas zonas con infestaciones enormes, no obstante, no serviría. Según Christie Boser, científico líder del programa de erradicación de hormigas de The Nature Conservancy en la isla de Santa Cruz: “Con el trabajo que estamos haciendo, los drones no serían una forma viable de entregar cebos debido a la escala y el alcance de las infestaciones que estamos viendo”.
De hecho, viendo el daño que han causado las ratas en Seymour del Norte, este control de plagas monitorizado es especialmente importante debido a las otras especies que se ven amenazadas y su ecosistema. Seymour Norte es el hogar de la gaviota cola de golondrina, la única gaviota nocturna en la Tierra. Estas han evolucionado como especies independientes de la rata, y por ello especies como esta gaviota no saben cómo lidiar con los depredadores voraces. Al no ser controlados por sus propios depredadores, las ratas también comen los insectos que sirven como polinizadores en la isla, lo que lleva a efectos en completa cascada.
Estas islas a menudo carecen de mamíferos a excepción de los murciélagos, que a diferencia de las aves y los insectos luchan para hacer el viaje desde el continente. Entonces, cuando un mamífero como una rata llega, el ecosistema se vuelve toda una locura. Incluso los animales marinos sufren; los arrecifes de coral se basan en las heces de aves ricas en nitrógeno como nutriente. Por lo tanto, si las aves de esta clase escasean, los animales de las aguas circundantes también sufren.
Podríamos estar ante el futuro del control de plagas y su erradicación, al menos en zonas no demasiado extensas. ¿Llegaremos a un momento en el que unos drones acaben con las plagas de cucarachas de nuestros pueblos y ciudades? Quizás no sea la imagen más bonita del mundo, pero curiosa sí sería un rato.
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