Ya ha quedado claro más de una vez: lo que vemos en la red no siempre es lo que nos gustaría. Es algo que deberíamos asumir, pero no todo el mundo puede; hay incluso ídolos de Internet como Vocaloid que ni siquiera son reales. Pero, ¿te has preguntado alguna vez qué hay detrás de las cámaras? ¿Qué se esconde tras el maquillaje que usan los streamers? Pues… algo no muy bonito.

Se han hecho públicos varios vídeos de diversos streamers por toda Internet detrás de las cámaras, cómo son tal cual. Y la verdad es que la realidad no sólo es “decepcionante”, sino a veces asustadiza, ya que algunos malabares para conseguir los filtros perfectos te darán bastante en qué pensar.

Los malabares y el maquillaje que usan los streamers que no conocías

Lejos del cringe que dan estos vídeos, muestran una faceta que pocos conocemos: el behind the scenes de varios streamers famosos. Hay comunidades gigantescas que siguen a ídolos cibernéticos en diversos países, bien por cuestiones fetichistas o bien porque su talento los hace únicos. El caso es que de la imagen que vemos es posible que más del 90 por ciento sea irreal, y estos vídeos lo demuestran.

Muchos de estos streamers usan un maquillaje especial para remarcar sombras, partes del cuerpo y demás para mejorar los filtros que usan y que sean más fieles. En su defecto también sirven para aportar algo de “belleza” a la escena y que la persona que esté detrás de ese maquillaje parezca más bonita a nivel estético. Lo que muestra la realidad detrás de los filtros es a personas excesivamente maquilladas que distan mucho de lo que se ve en los vídeos.

El cambio sin duda es impresionante. Toda la belleza que es capaz de aplicarse en unos pocos filtros transforma por completo a las personas, y las hace ideales para los gustos de sus seguidores, que suelen seguir un patrón común; extrema “adorabilidad” o carácter kawaii, pieles extremadamente tersas y rostros cuanto menos modelados en porcelana.

Esta es la enésima demostración de que no debemos fiarnos de nada en la red o en su defecto no buscar una idea extremadamente idealizada, ya que es más que probable que no sea real sino un conjunto de efectos y de maquillajes que den el pego. Aunque queda claro que el sistema funciona… por mucho miedo que de.