Los olores son algo muy subjetivo y personal, y precisamente por eso son uno de los grandes obstáculos para la creación de vida artificial. Los robots del futuro no podrán ignorar los olores, ya que contienen información que podría ser muy relevante.
Gracias a los olores, podemos saber con qué tipo de persona estamos hablando (por el perfume que usa), si la comida está lista, si hay un problema de alcantarillado o qué tipo de planta tenemos delante.
Aunque existen dispositivos capaces de analizar el aire en busca de moléculas concretas que provocan esos olores, no son capaces de identificarlos como tal; sólo pueden decirte que la concentración de un tipo de gas es demasiado elevada en una zona, por ejemplo, pero eso no es "oler".
La IA de Google es capaz de reconocer olores
Ahora el equipo de Google Brain afirma haber conseguido enseñar a una Inteligencia Artificial el concepto de "olor", y cómo reconocerlos de una manera más humana. A diferencia de otras divisiones de Google, el "Brain Team" se centra en ese tipo de proyectos que no parecen tener una utilidad clara, pero que pueden suponer grandes saltos en el desarrollo de vida artificial.
En el estudio recién publicado, el equipo explica cómo entrenó a una IA para que reconociese olores complejos. Partieron de una base de datos de 5.000 moléculas reconocidas por expertos perfumistas del sector, que les aplicaron descripciones como "tropical", "mantecoso" o "hierba".
Usando dos terceras partes de esa base de datos, entrenaron a una red neuronal para que asociase determinadas moléculas con esas descripciones; el resto de datos se usó para las pruebas posteriores. Por lo tanto, en las pruebas la IA no tenía una referencia concreta de qué olor estaba asociado a cada molécula; y tuvo que usar lo aprendido para definirlos.
La IA cumplió su función, y fue capaz de predecir qué olor tenía cada conjunto de moléculas basándose sólo en sus estructuras, sin haberlo aprendido previamente. Sin embargo, los propios investigadores son conscientes de que los olores son muy subjetivos; y que dos personas pueden describir el olor producido por las mismas moléculas de manera diferente. Además, hay moléculas que producen un olor diferente dependiendo de cómo estén dispuestas y mezcladas.
Es por eso que este es sólo el principio para que los robots comprendan mejor porqué los humanos nos paramos a oler una flor.