Las "cookies" son de esas cosas que todo el mundo ha escuchado alguna vez, pero que seguramente no tienen muy claro cómo funcionan ni para qué sirven, sólo que están relacionadas con nuestra privacidad.
Se le llama "cookie" a un pequeño archivo con información sobre la sesión del usuario en una web. Sirve para almacenar datos que faciliten la experiencia, como por ejemplo, si hemos iniciado sesión, o si ya hemos visitado una página concreta. Con el tiempo, el uso de estas cookies se extendió, y fue entonces cuando se convirtieron en un problema.
Como las cookies se pueden usar para registrar la actividad del usuario, son una fuente de información tremenda para anunciantes. Y es que, cuando visitas una página web, tu navegador no crea cookies sólo de esa página, sino también de otros servidores que sirven contenido, como por ejemplo, publicidad.
Chrome bloqueará las cookies de terceros
Esas son las cookies "de terceros", las que en los últimos años han estado en el centro de la polémica por la manera en la que las grandes redes de publicidad las usan para rastrear a los usuarios sin su conocimiento.
Aunque leyes como el GDPR han intentado luchar contra estas prácticas, la verdad es que el mercado no ha cambiado mucho; la única diferencia es que ahora tenemos que pulsar "acepto" cada vez que entramos en una página nueva. Es por eso que los desarrolladores de los navegadores web más usados se han centrado en solucionar este problema, ofreciendo el bloqueo de cookies de terceros.
Pero la que dará el paso más decisivo en esa dirección será Google; algo sorprendente si tenemos en cuenta que su negocio se dedica precisamente a la publicidad y a rastrear al usuario. Claro, que todo tiene una explicación.
Este es sólo uno de los planes que Google ha hecho públicos para mejorar la privacidad en Internet, y que aplicará a su navegador Chrome. El objetivo es que dentro de dos años Chrome bloquee todas las cookies de terceros por defecto; una medida que puede tener un efecto apocalíptico en la industria, no solo de la publicidad sino de Internet en general.
La publicidad, un mal necesario por ahora
A nadie le gusta la publicidad, pero el hecho es que tampoco nos gusta pagar por literalmente cada servicio y aplicación que usamos. La publicidad es la solución imperfecta a un problema muy complejo, y que trae otros problemas bajo el brazo.
Está demostrado que la publicidad sólo funciona si apela al usuario; es más probable que pinchemos en un anuncio de un tema que nos interesa, que en uno que no. Para saber eso, existen las cookies de terceros y las plataformas de publicidad, que recopilan datos de navegación buscando patrones e intereses.
Gigantes como Google o Facebook han llegado a donde están por ofrecer plataformas que saben mucho de sus usuarios, lo suficiente para mostrar anuncios que queremos pulsar. Cuando los anunciantes compran esos anuncios, soportan a los medios y servicios que ofrecen esos anuncios: blogs, aplicaciones, periódicos, videojuegos, y mucho más.
Sin la publicidad, la inmensa mayoría de esos servicios que usas a diario cerraría (incluso esta página que estás leyendo). Ahora Google afirma que, en dos años, va a eliminar las cookies que hacen posible eso.
¿Significa eso que nuestra privacidad en Internet mejorará? Sí y no. Por una parte, es cierto que los servicios que dependen de estas cookies no podrán seguir rastreándonos; pero por otra, eso puede obligar a tomar medidas más extremas para sobrevivir.
La ex-jefa de privacidad de Google ha advertido que, si los anunciantes pierden efectividad en sus anuncios, invertirán en métodos más agresivos para conseguir la misma información, como usar "huellas digitales" en nuestras apps.
Google puede destruir todo un sector
La gran ganadora de todo esto sería la propia Google, que tiene otros métodos para rastrearnos y obtener incluso más información que con las cookies. Recordemos que Google es la propietaria del navegador web más usado, Chrome, y el sistema operativo móvil más usado, Android.
Google ya tiene todos los datos que podría necesitar, y las cookies de terceros sólo sirven a su competencia directa. Con la excusa de la privacidad, Google puede acabar con un jugoso monopolio en el mercado de la publicidad online.
Para calmar estos miedos, Google ha prometido que no bloqueará cookies de terceros hasta que haya una alternativa real; y casualmente, el año pasado presentó una. Se llama Privacy Sandbox, y consiste en limitar el acceso a la información, al mismo tiempo que se permiten anuncios personalizados.
Ahora Google ha puesto la pelota en el tejado de la competencia, dejando caer que espera a que Mozilla, Microsoft o Brave presenten sus opciones si las tienen. El objetivo de Google es que Privacy Sandbox se convierta en un estándar usado por todos los navegadores. Y por supuesto, Google jugaría con ventaja ya que no se vería limitada por Privacy Sandbox.
La verdad es que lo que Google ha anunciado no es nuevo. Desde junio de 2019, Firefox ya bloquea todas las cookies de terceros por defecto; la diferencia está, por supuesto, en que Mozilla no está en el mercado de la publicidad online como sí lo está Google.
Google ya ha dado los primeros pasos para implementar este cambio: las próximas versiones de Chrome obligarán a usar conexiones cifradas en las cookies de terceros.