Atendiendo a la traducción de sus siglas originales, una VPN (Virtual Private Network) es una red privada virtual. Para que os hagáis una idea, cada vez que nos conectamos a Internet nuestros dispositivos emplean una dirección, llamada IP, que es la que nos identifica.
Al usar una VPN estamos modificando esa dirección, pasando a usar una virtual, por lo que podemos utilizar servicios de Internet o entrar a sitios web que quizás antes no estaban disponibles.
Por esa sencilla razón las VPN pueden convertirse en herramientas muy útiles a la hora de teletrabajar, una opción que está sonando mucho durante los últimos días para evitar que el coronavirus se siga expandiendo por el territorio español.
La oficina en tu sofá
Una VPN permiten acceder a recursos de una empresa como si estuviésemos físicamente en la oficina, sin importar que estemos a miles de kilómetros de distancia, explica Enrique Domínguez, director estratégico en el departamento de Ciberseguridad de Entelgy Innotec Security, a OMICRONO
El especialista recalca que estamos hablamos del uso de los sistemas o las redes internas de cada compañía, no de herramientas en la nube, pues estas últimas pueden utilizarse sin la necesidad de una VPN.
Lo mejor de todo es que se trata de una tecnología que todo el mundo sabrá utilizar, según nos relata Domínguez no hace falta ser ningún experto en informática. Bastaría con instalar un programa en el ordenador que vaya a utilizar esa persona. Después, para acceder a la red interna de su empresa solo hará falta introducir el usuario y contraseña correspondientes.
Además de permitir, en algunos casos, el teletrabajo, las VPN también pueden presumir de ser herramientas con una gran seguridad. Pese a ello, Domínguez asegura que los equipos en los que se usan VPN siempre deben cumplir unos requisitos mínimos, como mantener el dispositivo actualizado o disponer de un buen antivirus.
Las VPN tienen su límite
A priori, utilizar VPN solo tiene ventajas, sin embargo, el problema viene cuando una compañía quiere sobrecargar esa red virtual con demasiadas personas cuando normalmente solo es utilizada por unos pocos.
En este sentido, OMICRONO tiene constancia de empresas en las que los empleados ven interrumpido su trabajo a menudo debido al gran número de personas que están en estos momentos acudiendo a las VPN. Este hecho tiene bastante relación con la recomendación del gobierno de teletrabajar siempre que sea posible para tratar de contener el brote de coronavirus.
Domínguez cree que, en este caso, los culpables de esta sobrecarga de las VPN son las propias firmas, que carecen de una estructura que pueda anticiparse a este tipo de problemas.
En realidad, bastaría con ampliar las licencias de VPN que tiene cada empresa. El problema es que no todos los proveedores pueden otorgar esas licencias de manera inmediata.
Dichas licencias son bastante asequibles. En la compañía de Domínguez pagan apenas 4 euros anuales por cada licencia, aunque nos aclara que el precio varía dependiendo del paquete de licencias que necesite cada empresa. A mayor número de licencias, más barato será.
Pese a que ha quedado claro lo útiles que resultan las VPN para teletrabajar, Domínguez entiende que no siempre serán suficientes, ya que hay empleados que no disponen en sus hogares de todas las herramientas necesarias para el teletrabajo.
Quién sabe, quizás dentro de unos años el teletrabajo esté mucho más normalizado en la sociedad española que en la actualidad, pues aún hay muchas personas que creen necesaria la asistencia a la oficina cuando realmente no es para nada imprescindible. ¿Por qué ir a la oficina si puedes trabajar desde la comodidad de tu casa? ¿Ayudará el coronavirus a cambiar esa idea tan arcaica?