Documentos internos de Google, hechos públicos gracias a una demanda en Arizona, EEUU, revelan las quejas de algunos ingenieros de la compañía en sus intentos de cambiar la configuración de privacidad.
La privacidad es un tema candente siempre que se habla de Google; no en vano, su modelo de negocio basado en presentar anuncios personalizados funciona mejor cuantos más datos que tenga del usuario.
Para luchar contra esta imagen, Google implementa de vez en cuando novedades para proteger la privacidad de los usuarios. Por ejemplo, en 2018 estrenó un nuevo portal desde el que acceder a todo lo relacionado con nuestra privacidad; y desde el año pasado permite que nuestro historial se borre automáticamente pasado una cantidad de tiempo.
Los ingenieros de Google, frustrados con la privacidad
Pero estas novedades no son suficientes para muchos usuarios, y curiosamente, entre los más frustrados hay ingenieros de Google. Así lo ha revelado una demanda sobre el almacenamiento de datos de localización, obtenidos de dispositivos Android y iPhone; esa fue una gran polémica en su día, ya que la manera de desactivar este rastreo es algo confusa.
Incluso si vamos al mencionado centro de control de nuestra cuenta y desactivamos el historial de ubicaciones, nuestro móvil puede seguir rastreando nuestra localización; eso es porque Google considera que cada app puede registrar esa localización por su cuenta, por lo que eso se gestiona en la sección "Actividad en la Web y en Aplicaciones".
En su día se publicaron muchos artículos sobre lo engañosa que es esa configuración, ya que el usuario puede pensar que la localización se puede desactivar sólo con el historial de ubicaciones. Algunos ingenieros de Google estaban de acuerdo, como han revelado los documentos publicados esta semana.
"Apagado es apagado"
En concreto, la mayor queja de estos empleados es que desactivar la localización debería producir el efecto deseado de desactivarla, no dejar en manos del usuario cada caso concreto. La identidad de estos trabajadores no se ha revelado, pero según los demandantes, son "de alto nivel".
Los documentos provienen de la propia Google, como parte de su cooperación con el fiscal de Arizona; la compañía se defiende afirmando que los controles de privacidad llevan mucho tiempo accesibles y que sus equipos están constantemente discutiendo cómo mejorarlos.
En el caso concreto de la localización, Google confirma que está escuchando y trabajando para mejorar estos controles. De hecho, cree que los documentos publicados demuestran que se está tomando en serio el problema, porque sus empleados están buscando maneras de reducir la confusión en la configuración.
Además, Google puede defenderse presumiendo de que ha implementado cambios para los nuevos usuarios; en su caso, la localización y el historial se borran automáticamente sin que tengan que hacer nada. Sin embargo, los usuarios ya existentes (la inmensa mayoría) tienen que seguir 'buceando' en la configuración para activar esas opciones.