WhatsApp es una de las aplicaciones de mensajería más utilizadas en España. Una app que permite estar en contacto con los seres queridos y enviar desde mensajes hasta videos, documentos o grabaciones de audio, entre otras funciones. Sin embargo, su origen es desconocido para muchos, ya que no se ideó como una aplicación para chatear.
A pesar de su éxito, la mayoría de los usuarios de la aplicación de mensajería desconoce que WhatsApp no nació con la idea de convertirse de ser una app de mensajería. En 2009, Jan Koum, un extrabajador de Yahoo!, fundó WhatsApp junto con Brian Acton, quien trabajó en Apple y Adobe, con el propósito de revolucionar la agenda de contactos de los teléfonos inteligentes.
"Odio cuando la gente intenta contactar conmigo y estoy en un avión o fuera del país. Así que me pregunté a mí mismo: ¿no sería genial poder poner un estado en mi iPhone, similar al estado que se puede poner en Skype o Yahoo Messenger?", escribió Koum en mayo de 2009 en el foro Flyertalk dando a conocer su nueva aplicación: WhatsApp.
WhatsApp, cuyo nombre es un acrónimo de "What's Up" (¿Qué pasa? en inglés), nació con el objetivo de resolver dicho problema. Una aplicación que permitía establecer un estado y que actuaba como una especie de 'libreta digital' para iPhone donde se podía ver qué estaba haciendo cada persona con el fin de saber si estaba disponible para hablar o si era mejor contactar con ella en otro momento.
Una 'libreta digital'
En su origen, WhatsApp era una manera sencilla y automática de ver, a través de estados, qué estaba haciendo cada persona para saber si estaba disponible para hablar. En ese sentido, el propio Koum puso un ejemplo en el mencionado foro cuando dio a conocer la app: "en el vuelo de camino a Múnich, mándame un correo en lugar de llamarme" o "en Japón durante dos semanas, mi número ahí es el siguiente".
Unos estados simples pero "inteligentes", ya que se podían configurar para que se cambiaran de forma automática al llegar a cierta hora. Incluso existía una función denominada Status Automator que permitía programar estados recurrentes. Además, esta aplicación utilizaba directamente la información de la libreta de contactos del usuario, evitando tener que crear manualmente nombre de usuario y contraseña.
Su funcionamiento era sencillo y por aquella época la app no hacía mención alguna a los mensajes, solamente a los contactos y estados. El usuario configuraba su estado según estuviera ocupado o no, y con ello evitaba ser molestado por teléfono cuando no quisiera recibir llamadas ni mensajes. Unos estados que se podían difundir a todos los contactos o solo a unos específicos, simulando un chat.
En 2009 se vivió también un momento importante para WhatsApp: Apple puso a disposición de los desarrolladores las notificaciones push, algo que no tardó en implementarse en la aplicación. De esta manera, sus creadores programaron la app para que los contactos recibieran una notificación que les avisaba si esa persona estaba disponible para hablar.
Unas notificaciones que los amigos de los fundadores fueron utilizando poco a poco para bromear y mandarse mensajes. En ese momento los creadores de WhatsApp fueron conscientes del potencial que tenía la aplicación, cuyo futuro comenzó a cambiar para terminar siendo lo se conoce en la actualidad.
Llegan los mensajes
Poco después WhatsApp permitió a los usuarios enviar mensajes gratuitos de móvil a móvil a través de la aplicación, por el que había que pagar unos céntimos a las operadoras para enviar mensajes de texto de menos de 140 caracteres. Una función que en la actualidad está en desuso. En 2010 WhatsApp aterrizó en dispositivos Android, ya con la opción de mensajería gratuita habilitada.
La versión 2.0 de WhatsApp fue la que incluyó la mensajería instantánea, y en apenas unos días la aplicación contaba con más de 250.000 usuarios. En 2012 llegaron cambios gráficos, mientras que en 2014 tuvo lugar uno de los momentos más relevantes: Facebook compró WhatsApp. Un año en el que también se estrenó el doble check para confirmar que un usuario había recibido un mensaje.
Con el paso de los años fueron llegando nuevas funciones, como el cifrado, la posibilidad de enviar archivos o las videollamadas. A día de hoy WhatsApp es una de las aplicaciones de mensajería con más usuarios de todo el mundo, y atrás queda ya esa app que nació con la idea de ejercer como una 'libreta inteligente' para saber si una persona podía hablar o no.
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