Si has intentado jugar con tu ordenador Windows en los últimos días, puede que te hayas encontrado con una sorpresa desagradable: los juegos de repente van mal.
Los jugadores se han quejado a lo largo de la última semana de tasas de frame inestables, con muchas caídas y subidas, además de momentos en los que sus juegos van "a saltos". Este problema aparece sin importar si tenemos una gráfica Nvidia o AMD, si jugamos en un sobremesa o un portátil gaming, una pista de que el 'culpable' era otro.
Fue Nvidia la primera que confirmó que Windows 10 estaba detrás de estos fallos, y un representante apuntó directamente a la última actualización lanzada para el sistema operativo, recomendando su desinstalación.
Problema en Windows
Ahora es la propia Microsoft la que ha confirmado, después de una investigación, que existe un problema con Windows 10 que afecta a los juegos; aunque la compañía afirma que sólo una pequeña cantidad de usaurios realmente han informado de un rendimiento inferior del esperado.
Según los datos de Microsoft, la mayoría de los usuarios afectados ejecutan sus juegos a pantalla completa, o en ventana sin bordes; además, suelen tener dos o más monitores, malas noticias para quienes les guste la multitarea.
La compañía ha confirmado que el problema se encuentra en la última actualización de Windows 10, lanzada durante el pasado 'Patch Tuesday', el tradicional momento en el primer martes de cada mes en el que llegan los parches de Microsoft.
En concreto, las actualizaciones afectadas son KB000842 y KB001330; en realidad son las mismas, pero una es la versión previa y la segunda es la versión para el usuario final.
Cómo se ha solucionado
Hay dos buenas noticias. La primera es que Microsoft ya sabe qué es lo que ha ocurrido, y ya ha solucionado el problema; no sólo eso, sino que realmente no tenemos que hacer nada para conseguir la solución.
De manera excepcional, Microsoft ha decidido implementar la solución al problema usando un nuevo tipo de técnica de actualización de software para Windows, llamada Known Issue Rollback, o KIR. A diferencia de una actualización convencional, que debemos descargar e instalar en nuestro equipo, un KIR funciona en el servidor de Microsoft.
Cuando Windows 10 se enciende y obtiene conexión a Internet, automáticamente se conecta al servidor de Microsoft; este le indica que la última actualización tiene un problema. A partir de entonces, la próxima vez que el sistema se reinice, automáticamente eliminará la actualización y volverá a la versión anterior del sistema.
El uso de KIR es muy raro, pero este es un caso excepcional, en el que una actualización ha metido un 'bug' más grave del que soluciona.
Por lo tanto, lo único que tenemos que hacer es reiniciar nuestro ordenador Windows 10 para recibir el cambio, que llegará a todos los sistemas a lo largo de las próximas 24 horas.