Elon Musk se define como un defensor de la libertad de opinión y tras comprar Twitter aseguró a través de su perfil que su "compromiso con la libertad de expresión se extiende incluso a no prohibir la cuenta que sigue a mi avión, aunque sea un riesgo directo para la seguridad personal". Promesa que ha incumplido esta semana suspendiendo esta y otras cuentas que seguían aviones privados de multimillonarios y personalidades públicas.
A la cuenta @ElonJet que mostraba de forma automática los movimientos del nuevo jefe de Twitter, han seguido la suspensión de otras cuentas similares con la ubicación de los aviones de Zuckerberg, Jeff Bezos y Bill Gates, además de transportes gubernamentales. Estas prohibiciones estarían respaldadas por las normas de Twitter, que según The New York Times, se habrían modificado en las últimas horas sin previo aviso.
La cancelación de estas cuentas contrasta con la amnistía que ha aplicado Musk a otros perfiles suspendidos por la anterior dirección, por ejemplo, la del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, y otras personas de extrema derecha acusadas de promover discursos de odio. Esta misma semana, la red social disolvía el Consejo de Confianza y Seguridad (Trust and Safety Council) formado por expertos ajenos a la empresa para vigilar que el funcionamiento de Twitter no fomente contenido dañino.
Antes de ser dueño de Twitter, Musk llegó a ofrecer dinero al creador de ese bot que mostraba la ubicación de su avión privado en tiempo real. A pesar de haber expresado en varias ocasiones que esa cuenta vulneraba su privacidad, el magnate prometió no cancelarla al convertirse en dueño de la red social. En las últimas horas ha denunciado al creador de la cuenta y asegura estar sufriendo acoso por culpa de ella como muestra el anterior tuit.
Jack Sweeney, estudiante de 20 años responsable de la cuenta automática que seguía los vuelos privados del Musk, ha mostrado en Twitter un mensaje de la plataforma informando que la suspensión de @ElonJets se debe a la violación de las reglas "contra la manipulación de la plataforma y el spam". En esa sección de las normas de Twitter se indica que "si la información no se comparte durante una situación de crisis para ayudar con los esfuerzos humanitarios, eliminaremos cualquier tuit o cuenta que comparta la ubicación en directo de alguien".
Sin embargo, The New York Times señala que está frase ha sufrido una ligera pero determinante modificación en la última semana. Las palabras "ubicación en directo" no estaban incluidas antes, según reflejan los registros de Internet Archive, la biblioteca digital que preserva el aspecto de las páginas web a lo largo de su historia. En la versión española de las políticas de Twitter no aparece esa nueva sección como ha comprobado El ESPAÑOL-Omicrono.
Sweeney había llegado a crear más de dos docenas de cuentas similares con datos públicos que sirven para rastrear aviones por todo el mundo. Los mismos datos que sirven a webs como FlightRadar, pero centrado en un avión determinado. Así, sus seguidores podían ver de forma más directa dónde estaba el avión de algún oligarca ruso o multimillonario tecnológico.
Esta información sigue disponible en otras redes sociales, donde Sweeney ha abierto más cuentas, y en diferentes webs. No obstante, con las nuevas normas de Twitter, ya no tendrán cabida en la plataforma que está moldeando Elon Musk.