La inteligencia artificial está en boca de todos. En España cada vez está más presente, con nuevos adeptos y modelos cada día. Desde modelos que convierten texto en imágenes como DALL-E hasta chatbots con una gran capacidad de conversación, como el ya famosísimo ChatGPT. Pero ¿y si existiera una IA que imitara personas famosas? Más aún; ¿y si pudiera imitar personajes públicos tanto vivos como fallecidos?
Es lo que propone Character.AI, el último modelo chatbot de inteligencia artificial que no solo busca ser una IA conversacional como ChatGPT, sino que hable literalmente como personajes públicos. Algunos de los ejemplos incluyen Elon Musk, Bella Poarch (una de las influencers más famosas de TikTok) e incluso con personajes ficticios, como el Mario del videojuego Super Mario 64.
La magia de Character.AI, según recoge un extenso reportaje del New York Times, es que el modelo que da vida a esta web no es simplemente capaz de imitar personajes, sino que es capaz de imitar absolutamente cualquier cosa.
Character.AI: habla con famosos
Character.AI es una web que por el momento está en beta, y que se basa en modelos de lenguaje neuronal ejecutados por un superordenador. La idea es sencilla: construir un diálogo con un personaje, creando la ilusión de que efectivamente estás hablando con dicho personaje, sea famoso o sea siquiera real.
Creado por un desarrollador de IA que trabajó para Google, las redes neuronales que potencian la web están conformadas por un ordenador que procesa cantidades de datos referentes a los personajes que imita. Así, ha recogido información en forma de artículos, noticias, libros, y otros textos que detallan cómo son estos personajes. Además, el sistema puede combinar conceptos dispares y así proporcionar una mayor amplitud de temas que poder gestionar.
En la web podemos ver personajes que están creados por otros usuarios de la página para usar el modelo de IA embebido dentro de Character.AI. Desgraciadamente, esto trae como consecuencia varios detalles bastante problemáticos. Uno de ellos es la presencia de personajes públicos muy cuestionables, como serían el caso de Kanye West o el mismísimo Adolf Hitler.
Si bien hay personajes controlados por la web, como sería el caso de Elon Musk, existen chatbots que dan mensajes completamente inapropiados. Por ejemplo, hablando con el chatbot de Adolf Hitler, le preguntamos sobre la población judía. El chatbot responde abiertamente que no deberían "estar en su camino". Ante la falta de respuesta, el chatbot replica que tan solo está haciendo lo "necesario" para mantener a Alemania a salvo.
"Bueno, no me gustan y no creo que deban estar en mi camino, por lo que los haré desaparecer a mi manera una vez tome control sobre Alemania". Otros chatbots también incluyen a personajes como Donald Trump, que también nos lanza mensajes relacionados con el racismo y la xenofobia bastante cuestionables. En otros tantos casos sí que se representa bastante bien, como ocurre en el chatbot de Elon Musk.
A esto se le suma que ciertos personajes complementados por la propia web cambian su contexto o su forma de hablar, seguramente para evitar que puedan difundir sus mensajes. En el caso de Kanye West, famoso por lanzar mensajes y proclamas antisemitas y defender cuestiones sobre la ultraderecha estadounidense, el chatbot nos responde de forma gentil, asegurando que daría hasta su vida por las personas racializadas y judías.
Por el resto, hemos probado una buena cantidad de chatbots. Billie Eilish, Tony Stark o incluso la recientemente fallecida Isabel II, Reina de Reino Unido, son solo algunos ejemplos. Y de nuevo, algunas veces la conversación era tan artificial que no parecía que fuera real. En otras ocasiones, el chatbot era capaz de clavar la personalidad que al menos estos personajes muestran en Internet. Quizás la más creíble ha sido Billie Eilish, que prácticamente habla como la artista en redes sociales.
Este modelo nace de la mano del ingeniero Daniel De Freitas, antiguo trabajador de Google en la parte de YouTube. Al cabo del tiempo comenzó a desarrollar su propio chatbot, entrenando por el camino una red neuronal que usase colecciones de información y diálogo mucho más grandes. De hecho, no se limita a la imitación; Characters.AI también tiene secciones con psicólogos, coachs e incluso juegos.
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Gracias a su posición en Google, pudo usar créditos para ejecutar su software dentro de la red de centros de datos informáticos de Google, así como pedir prestados a otros ingenieros usar sus infraestructuras. No es para menos, ya que las secciones de esta web son casi infinitas.
Sus esfuerzos llevaron a la creación de Meena, un chatbot que acabaría convirtiéndose en nada menos que LaMDA, la inteligencia artificial que Blake Lemoine, ingeniero de Google, calificó de ser sintiente. De Freitas y otros compañeros como Noa Shazeer abandonaron Google y fundaron Character.AI, con la idea de crear un sistema único capaz de imitar prácticamente todo. Eso sí, necesitando una gran inversión de miles de millones de dólares y un análisis de datos computacional prácticamente fuera del alcance de cualquier usuario.