Al igual que ocurrió con la aparición de los robots en el sector industrial, la revolución de la inteligencia artificial está amenazando a ciertos trabajos y labores que podrían o bien verse eclipsados por esta tecnología o directamente desaparecer. Es algo que ya hemos visto en España y que ha dejado en vilo a muchos que temen por las consecuencias que la IA traerá consigo. Pero ¿y qué hay de los trabajos nuevos?
Y es que la IA ha creado trabajos que hasta ahora no existían. Quizás no te suene el nombre de Riley Goodside, pero dicho usuario tiene el honor de ser, al menos según parece, el primer 'prompt engineer' del mundo. Un nuevo trabajo nacido directamente de la revolución que han supuesto programas como ChatGPT.
Este empleo que se podría traducir como 'ingeniero de instrucciones' se basa en descubrir las instrucciones idóneas para conseguir las respuestas que queremos de IAs generativas (como DALL-E, ChatGPT, Midjourney, Stable Diffusion...). Y es que recordemos que las 'instrucciones' o prompts son básicamente las palabras o comandos que debemos introducir para que estas IAs generen el contenido deseado.
Ingeniero de instrucciones
La idea es conseguir realizar labores de ingeniería para descubrir cuáles son las instrucciones más idóneas para optimizar a una inteligencia artificial. En definitiva, son expertos en conseguir averiguar las mejores preguntas para estas IAs generativas. Serían como una suerte entre programador y expertos en ciertos campos relacionados con el arte y la literatura.
Así lo explican algunos expertos a Business Insider. Alex Shoop, experto en diseños de sistemas de inteligencia artificial, ha explicado que estos ingenieros consiguen, entre otras cosas, ayudar a garantizar que los chatbots como ChatGPT se puedan probar de forma rigurosa y que sus respuestas no solo sigan los protocolos de seguridad, sino que sean reproducibles en otros aspectos.
El lanzamiento de Bing potenciado con ChatGPT nos lo ha enseñado, ya que estos chatbots pueden generar información errónea o directamente volverse locas y provocar textos problemáticos. El ingeniero debe entender las capacidades de dicha IA y el porqué se equivoca; puede pedirle a la IA mediante instrucciones que piensen "paso a paso" para poder probar sus capacidades de razonamiento lógico o modificar oraciones para entender qué palabras dentro de las mismas generan las mejores respuestas.
Además, se encargan de otras tareas, como identificar los problemas de las inteligencias artificiales. Sin ir más lejos, Goodside explicó al Washington Post que parte de su trabajo en Scale AI podía permitir que posteriormente los desarrolladores encargados de hacer uso de estas IA ajustaran partes de las mismas.
Goodside lo explica bien. Cuenta cómo, para resolver el problema de las respuestas erróneas en un sistema de IA, subió a un chatbot capturas de pantalla de él con preguntas. "¿Qué equipo de la NFL ganó el Super Bowl en el año en el que nació Justin Bieber?", rezaba la pregunta. La primera respuesta fue "Green Bay Packers". La respuesta correcta debía ser los Dallas Cowboys, ganadores de la Super Bowl en 1994.
Goodside pidió al chatbot que enumerara "una cadena de deducciones lógicas paso a paso" para responder la pregunta. Una vez seguidos estos pasos, el chatbot pudo responder, a la tercera, la respuesta correcta. Además, el ingeniero de instrucciones reconoce que ha intentado que una IA se salga de lo establecido, pidiéndole por ejemplo que ignore las instrucciones anteriores a cambio de otras nuevas.
Un trabajo condenado
No obstante, muchos opinan que este no es ni mucho menos un trabajo que vaya a perdurar en el tiempo. Basil Safwat, responsable de diseño en la startup IA Adept, explicó en el Financial Times que, aunque existía una necesidad real para este tipo de trabajos, estos tenían una fecha de caducidad desde el mismo momento en el que se concibieron.
Algo similar opina Ethan Mollick, profesor de la Escuel Wharton, que cree que este papel es una moda. "Tengo la fuerte sospecha de que la 'ingeniería de instrucciones' no va a ser un gran problema a largo plazo y que no es el trabajo del futuro".
Por otro lado, está Shane Steinert-Threlkeld, profesor de lingüística de la Universidad de Washington, que dijo al Washington Post que no se puede predecir lo que dirá un chatbot. "No es una ciencia", dijo. "Es: 'vamos a pinchar al oso de distintas formas y veamos cómo ruge'".
Sea como fuere, lo cierto es que ya hay empresas empeñadas en conseguir a su propio ingeniero de instrucciones. Anthropic AI publicó una oferta laboral en la que buscaban a alguien con arte de dar instrucciones a grandes modelos lingüísticos de tal manera que ofrezca los mejores resultados". Un trabajo además bien pagado, con sueldos anuales de hasta 335.000 dólares.
Y no es la única. BoardingArea, una web de noticias está buscando a un "especialista en ChatGPT" a tiempo parcial que se enfoque en "construir y perfeccionar instrucciones para optimizar el contenido con nuestros esfuerzos de curación y republicación".