Cuando surge el tema de las aplicaciones de citas es fácil descubrir como las personas cuentan con perfiles en distintas plataformas, entre Tinder o Bumble, y recomiendan una u otra según lo que les ha funcionado o lo que busca cada uno. Aquellos que aún no hayan tenido suerte en la búsqueda tienen una nueva oportunidad lejos de este mundo, en herramientas como Google Docs donde, desde hace varios años, se usan para publicar currículums amorosos para que los lean quien esté interesado.
Estas personas deciden deshacerse de las clásicas aplicaciones de citas y publicar su vida y aspiraciones en un documento público a la espera de que el amor le encuentre a través de esta herramienta. Plataforma creadas para realizar trabajos en la nube y de forma colaborativa como Google Docs o Dropbox Paper u otros espacios personales como WordPress y SquareSpace se convierten en su tablón de anuncios.
The New York Times ha recogido la experiencia de algunos de estos usuarios como José Luis Ricón, español afincado en Silicon Valley, que afirma al medio estadounidense que ya ha conocido a cuatro mujeres a través de este método, aunque contactaron con él hasta seis interesadas. La clave está en compartir el enlace al documento en redes sociales o de forma personal.
La extensión de estos currículums personales dependen de cada uno, siendo algunos más extensos que otros y añadiendo algunas fotografías personales. En ellos no solo se dan datos personales como la ciudad de residencia, el tipo de trabajo y las redes sociales, sino que se explica en detalle la clase de persona y el tipo de relación que se está buscando.
En general se trata de ampliar la información que suelen ofrecer los sencillos perfiles de las aplicaciones de citas, para que los matches sean más serios. Calcular el alcance de estos documentos es complicado, puesto que cada usuario lo comparte voluntariamente con quien quiere, público o privado.
Los millennials puede que recuerden, en los inicios de las redes sociales, los espacios creados en MySpace donde los usuarios presentaban su vida y proyectos a quién estuviera interesado. Esta nueva tendencia amorosa recoge esa añoranza del pasado de internet con nuevas cartas de presentación públicas lejos de los matches que han funcionado para algunos, pero también han acabado por aburrir a otros muchos usuarios de las apps de citas.