Las consecuencias de la guerra entre Israel y Hamás están sobrepasando el propio territorio en conflicto, llegando incluso a poner en peligro el tráfico aéreo internacional. Tras los primeros ataques de Hamas a principios de octubre, aviones que volaban cerca del mar Mediterráneo desaparecieron brevemente de la vista sobre muchas partes de Israel. Este preocupante fenómeno ya se ha visto con anterioridad en las tensiones entre China y Taiwan y se trata de la interrupción o suplantación de la señal GPS, vital para la seguridad de cualquier vuelo y sus pasajeros.
OPSGROUP, un grupo internacional de pilotos y técnicos de vuelo, junto a investigadores de la Universidad de Texas Austin denuncian la creciente campaña de spoofing en la región de Oriente Medio. Se trata de un tipo de ataque de suplantación de identidad contra los sistemas de geoposicionamiento que está afectando a vuelos comerciales que nada tienen que ver con el conflicto.
Aunque hace 15 años que agentes de la industria estudian este tipo de ataques, afirman a la revista Vice que estos serían los primeros casos claros en los que los aviones comerciales se han visto afectados por la suplantación del GPS. Todd Humphreys, director del Laboratorio de Radionavegación de la Universidad de Texas Austin, apunta a que la fuente de estos nuevos ataques probablemente proviene de Israel, como también informó el medio Político a mediados de octubre.
Ataque spoofing
Los sistemas de geoposicionamiento como el GPS son herramientas esenciales para la navegación de las aeronaves actuales. De ellos depende, en buena parte, que el avión siga la ruta preestablecida para garantizar la seguridad de todo el pasaje y la tripulación. Y también la suficiente separación respecto a otros tráficos.
Esta técnica supone atacar el sistema de referencia inercial, el cual suele describirse como el "cerebro" de un avión. Este sistema utiliza giroscopios, acelerómetros y otras tecnologías para ayudar a los aviones a navegar. Por lo tanto, la ubicación de un avión (o un misil guiado con precisión) o cualquier objeto que utilice GPS se vuelve inexacta.
Los propios denunciantes de OPSGROUP se muestran sorprendidos. "El IRS (Sistema de Referencia Inercial) debería ser un sistema independiente, que no pueda ser falsificado. La idea de que podríamos perder toda la capacidad de navegación a bordo y tener que preguntar (al control de tráfico aéreo) por nuestra posición y pedir un rumbo, tiene poco sentido a primera vista, especialmente para aviones de última generación con lo último en aviónica. Sin embargo, múltiples informes confirman que esto ha sucedido", aseguran.
La transmisión de la información en aviación se realiza por un conjunto de frecuencias que cada sistema tiene asignado. De esta forma, los datos GPS viajan a través de una serie de franjas electromagnéticas establecidas para que no haya interferencias que den lugar a fallos. O que al menos no suceda de forma inintencionada.
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Uno de los posibles ataques que se están estudiando en los últimos años es el spoofing, en el que un dispositivo transmite una señal análoga a la del satélite, pero de mayor potencia. Según explican desde el INCIBE, "el receptor del sistema de geoposicionamiento [a bordo] pasa a sintonizar una señal falsa en lugar de la real, y con ella calcula una posición en la que realmente no se encuentra o una variable temporal errónea".
Oriente Medio
El grupo OPSGROUP denuncia que aún no existe solución al problema, cuya causa tampoco está clara, pues "la industria ha tardado en aceptar el problema, dejando a las tripulaciones de vuelo solas para encontrar formas de detectar y mitigar la suplantación de GPS". El grupo ha rastreado 50 incidentes en las últimas cinco semanas, actividad que se centra en las regiones de Bagdad, El Cairo y Tel Aviv.
Según informa el periódico israelí, Haaretz, los investigadores estadounidenses geolocalizaron recientemente un potente bloqueador de GPS en una base en el norte de Israel. Esta interferencia aspiraría a frustrar los ataques de aviones no tripulados de Hezbollah y Hamas, pero también podría interferir el sistema de alerta de cohetes y misiles de las Fuerzas de Defensa Israelíes.