Días después de la celebración del Salón de Pekín donde la industria automovilística china ha demostrado toda su fuerza, Elon Musk ha conseguido llevar el software de conducción autónoma (FSD) de Tesla al país asiático, superando unos obstáculos regulatorios que se le resistían desde hace años. Esto supone un impulso para la marca frente a otras empresas chinas que le están pisando los talones.
Esta tecnología, disponible en España, no es un sistema de conducción autónoma total, tal cosa por ahora no existe. El modo Autopilot mejorado incluye navegación en piloto automático, cambio de carril automático y auto aparcado, pero es necesaria la atención en todo momento del conductor, que debe mantener las manos posicionadas sobre el volante y estar atento a la carretera.
Lo más cercano a un modelo autónomo total es una beta del sistema FSD (Full Self-Driving) disponible actualmente para usuarios de Tesla que realiza casi todas las tareas relacionadas con la conducción estándar. No obstante, y de nuevo, se requiere en todo momento la atención del conductor, manteniendo sobre todo las manos sobre el volante. Estas opciones estaban hasta ahora restringidas en China por motivos de seguridad, tanto nacional como de los datos de los ciudadanos.
El multimillonario fundador de Tesla se reunió con el primer ministro chino Li Qiang. Además, Musk se reunió con el organizador del actual salón del automóvil de Beijing. Esta visita se produce una semana después de haber cancelado un viaje a India donde debía reunirse el magnate de Tesla y SpaceX con el primer ministro Narendra Modi. El motivo dado para ese cambio de planes fueron "obligaciones importantes con Tesla".
Reuters informa, a través de varias fuentes familiarizadas, que la compañía automovilística habría llegado a un acuerdo con el gigante chino Baidu para utilizar su licencia cartográfica. Este uso y recopilación de datos a través de una compañía nacional habría facilitado la regulación definitiva de la tecnología de conducción autónoma estadounidense.
Desde 2021, los reguladores chinos exigieron a Tesla que almacenara todos los datos recopilados por su flota china en Shanghai, lo que impidió a la compañía transferirlos a Estados Unidos. La Unión Europea tampoco admite que los datos de sus ciudadanos se traten fuera del territorio comunitario.
Musk, sin embargo, tendría el objetivo de obtener la aprobación para transferir al extranjero los datos recopilados en cada país para entrenar los algoritmos de los que depende la mejora de la conducción autónoma, según han informado a Reuters.
Parte del problema está también en las cámaras que integran este sistema de conducción. Durante años, a los automóviles Tesla tenían prohibido acceder a los complejos militares chinos por preocupaciones de seguridad relacionadas con las cámaras instaladas en sus vehículos. Sus automóviles tampoco podían acceder a lugares donde se celebran eventos políticos importantes.