Los mensajes de WhatsApp siguen siendo privados; al menos, por ahora. El proyecto de ley planteado para luchar contra el abuso infantil tendrá que ser modificado de nuevo, después de que el texto actual no haya recibido los apoyos de varios países de la Unión Europea. Un fracaso que deja en evidencia la división de opiniones en la UE sobre la importancia de la privacidad en Internet.
La nueva ley había nacido con polémica, al poner como objetivo la debilitación o incluso eliminación del cifrado de extremo a extremo usado por muchas apps para proteger las conexiones de sus usuarios. Gobiernos como el del Reino Unido ya han planteado la posibilidad de obligar a las apps a quitar esa protección, para que las autoridades puedan analizar las conexiones sin obstáculos, especialmente para casos de terrorismo o abuso infantil.
La nueva ley, propuesta inicialmente en el 2022, no iba tan lejos, para no contradecir la apuesta por la privacidad en Internet que hasta entonces había sido la prioridad de la política europea frente a la estadounidense y la china. En un intento de equilibrar la privacidad con la lucha contra el abuso infantil, la presidencia belga propuso un punto medio: mantener el cifrado, pero implementar una manera de saltárselo si fuese necesario. La propuesta belga consistía en obligar a las apps a escanear los mensajes y las fotos de los usuarios. En caso de encontrar coincidencias con material ilegal, la propia app debería permitir a las autoridades acceder al contenido, esta vez sin el cifrado.
La clave de la ley es que las comunicaciones seguirían siendo seguras, en el sentido de que el cifrado de extremo a extremo no sería eliminado; pero en vez de analizar los mensajes mientras que se están transmitiendo, ahora se analizarían antes de ser enviados. Los usuarios estarían obligados a aceptar unos nuevos términos de uso en las apps, que les darían permiso para analizar sus archivos y mensajes. Los usuarios que no aceptasen los nuevos términos serían bloqueados y no podrían enviar imágenes ni enlaces a través de las apps; y eso, en algunas apps, sería el equivalente a no poder usarlas para nada.
De esta manera, la UE podría presumir de no prohibir el cifrado de extremo a extremo y mantener su apuesta por la privacidad, al mismo tiempo que daría una poderosa herramienta a las fuerzas de seguridad de los estados miembros. Sin embargo, esos tecnicismos no han sido suficientes para convencer a los críticos, entre los que se encuentran las propias apps que tendrían que ‘traicionar’ a sus propios usuarios y analizar todo lo que hacen. Pero más importante, tampoco ha conseguido hacer cambiar de opinión a los representantes de los gobiernos más comprometidos con la privacidad, y eso es lo que ha condenado a la votación al fracaso.
Según fuentes de Politico, antes de la votación programada para hoy se preveía que Alemania, Austria, Polonia, Países Bajos y la República Checa votasen en contra o se abstuviesen. Eso hizo imposible obtener la mayoría suficiente para que la ley siguiese adelante, así que la votación se ha cancelado antes de que eso ocurra.
En cambio, la nueva ley ha recibido el apoyo de España, además de otros países como Irlanda. El Gobierno de Pedro Sánchez llegó a decir que era "imperativo acceder a los datos" y ha insistido en la necesidad de una “ley fuerte” que les permita monitorizar el contenido en línea; todo, afirman, para luchar contra un ‘pico’ en la cantidad de material que muestra abuso infantil desde la pandemia.
Por el momento, no se ha confirmado si el borrador volverá a pasar por una revisión para intentar convencer a los estados aún reticentes. Pero incluso si este borrador de ley hubiese pasado por el Consejo Europeo, tendría que pasar por el Parlamento Europeo y la Comisión Europea, que tradicionalmente han adoptado una postura más dura a favor de la privacidad.