Es un hecho: España y el resto del mundo han estado marcadas por la inteligencia artificial. El 2023 fue sin duda el año de la IA, haciendo que compañías como la misma Apple se muevan en este mercado. Es el caso de Apple Intelligence, la suite de inteligencia artificial lanzada en el WWDC 2024 y que por el momento no estará disponible en Europa. Un nuevo acuerdo abre la llegada de esta suite a la UE.

Los gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea han lanzado una declaración conjunta respecto a la competencia de los modelos básicos de IA generativa y los productos de inteligencia artificial. En esta declaración han tenido un papel entidades como la Comisión Europea, la Autoridad de Competencia y Mercados de Reino Unido y organizaciones de EE.UU, como sería la Comisión Federal de Comercio y el Departamento de Justicia.

El acuerdo busca establecer un compromiso de competencia efectiva y una serie de principios que protejan "la competencia en el cosistema de la IA" y sirvan para "fomentar la innovación". Unos principios que, de cuajar correctamente, podrían abrir la puerta a que en un futuro Apple Intelligence esté presente en Europa.

Apple Intelligence en Europa

Primero, un poco de contexto. En la presentación inaugural de la WWDC, Apple dio a conocer Apple Intelligence, el sistema de inteligencia artificial potenciado que se integrará en iPhone, iPad y Mac. Básicamente, las últimas versiones de los sistemas operativos de Apple (macOS Sequoia, iOS 18 e iPadOS 18) conseguirán una importante batería de funcionalidades basadas en IA.

El problema es que, de momento, Apple Intelligence se queda en Estados Unidos. De hecho, solo se podrá usar si tanto el dispositivo como el asistente Siri están configurados en inglés de Estados Unidos. Apple negó que pudieran traer Apple Intelligence a Europa debido a "incertidumbres regulatorias generadas por la Ley de Mercados Digitales", al menos este año 2024.

Banderas de la Unión Europea. UE

Es aquí donde entra la declaración conjunta de estos gobernantes. La declaración en cuestión se conforma de una serie de principios establecidos que, en última instancia, llevará a decisiones "soberanas e independientes". En el comunicado, todas las potencias relacionadas reconocen algunos de los riesgos intrínsecos que presenta la IA en torno a la competencia del mercado.

El acuerdo divide estos principios en tres puntos principales. El primero es el llamado "trato justo", que intentará evitar que las empresas con poder en el mercado recurran a las llamadas "tácticas excluyentes" que les permitan aprovechar sus ventajas competitivas. "El ecosistema de la IA se beneficiará cuanto más practiquen las empresas un trato justo", dice la declaración.

El siguiente refiere a la interoperabilidad. A medida que los productos y servicios de inteligencia artificial sean más capaces de interoperar entre sí, la competencia y la innovación de este mercado serán mayores. Prometen someter a un minucioso análisis "cualquier afirmación de que la interoperabilidad exige sacrificios en materia de privacidad y seguridad".

Y por último está el punto más importante: el de la elección. Básicamente, refiere a la capacidad tanto de consumidores como de empresas de elegir entre diversos productos y modelos de negocio concretos. Para incentivar esto, el acuerdo habla de examinar "las formas en las que las empresas pueden emplear mecanismos de encadenamiento que podrían impedir que las empresas o los individuos puedan buscar o elegir otras opciones de manera significativa".

Concepto artístico de la Inteligencia Artificial.

Este es el punto más extenso con diferencia de los tres. Tanto, que la declaración también abre la puerta a revisar las inversiones y asociaciones realizadas entre los operadores principales de IA, ya sean veteranos o novatos en el sector. De esta manera, se garantizará "que estos acuerdos no eludan la aplicación de las fusiones ni otorguen a los operadores tradicionales una influencia o control indebidos de maneras que socaven la competencia". 

Si bien es cierto que es probable que algunas de estas declaraciones resuenen negativamente con Apple debido a algunas de sus políticas, este acuerdo conjunto podría ayudar a destensionar la relación entre la empresa y las entidades gubernamentales europeas. La Ley de Mercados Digitales o DMA es claro ejemplo de ello, ya que ha forzado a cambios históricos como permitir descargar aplicaciones fuera de la App Store.