España ha sido testigo de los avances de inteligencia artificial más impresionantes. Unos avances que han puesto a los expertos en pie de guerra, con grupos de empleados de OpenAI y Google advirtiendo de sus propios riesgos. Hay incluso quienes avisan de su potencial uso para crear armas biológicas. Sin embargo, también tiene un potencial enorme en sectores como la medicina, especialmente como herramienta de diagnóstico rápido y eficaz.
Así lo relatan investigadores de ingeniería tanto de la Universidad Técnica Media de Bagdad (MTU) como de la Universidad de Australia del Sur (UniSA), que habrían logrado el desarrollo de un modelo de aprendizaje automático capaz de detectar un buen abanico de enfermedades examinando el color de la lengua de los pacientes. Dicho estudio ha sido publicado en la revista MDPI Technologies.
Este nuevo avance, que supone un auténtico hito en la IA aplicada a la medicina y al entrenamiento de algoritmos de IA en la salud, no se queda ahí: los investigadores aseguran que este modelo pudo detectar dolencias como el COVID, el asma o problemas gastrointestinales con un 98% de precisión, gracias a toda la información que la lengua puede proporcionar en base a su aspecto físico.
Una IA para detectar enfermedades
Los responsables de este nuevo estudio afirman que la base de esta metodología data de hace 2.000 años. Y es que proviene, en sus palabras, de la medicina tradicional china, que consistía en examinar la lengua de los pacientes en busca de enfermedades.
La lengua puede dar muchísima información de la salud de cada persona aspectos como su color, su forma o incluso su grosor pueden servir para detectar indicativos de enfermedades. Ali Al-Naji, autor principal del estudio, pone un ejemplo con el color amarillo.
"Normalmente, las personas con diabetes tienen la lengua amarilla", dice el experto. "Los pacientes con cáncer, una lengua morada con una capa gruesa y grasosa, y los pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular agudo presentan una lengua roja con una forma inusual", apostilló. Lo mismo ocurre con las manchas blancas, que pueden indicar anemia o el color violeta, que indica problemas vasculares.
Es aquí donde entra el modelo de inteligencia artificial desarrollado por ambas universidades. El modelo fue entrenado con un conjunto de más de 5.260 imágenes de lenguas tomadas en una amplísima variedad de condiciones de iluminación. Además, introdujeron en el sistema imágenes con personas afectadas por distintos problemas de salud, que iban desde el asma hasta la anemia, pasando por la diabetes.
En total se usaron hasta seis algoritmos de aprendizaje automático para entrenar estos algoritmos basados en inteligencia artificial con el objetivo de que estos pudieran determinar el color de la lengua del paciente en prácticamente cualquier situación.
Así, se desarrolló este un nuevo sistema de IA capaz de analizar el color de la lengua y extraer sus principales características, en diferente saturaciones de color y en distintas condiciones de luz, usando cinco modelos de espacio de color: el RGB, el YcbCr, el HSV, el LAB y el YIQ. Para probar este sistema, los investigadores consiguieron hasta 60 imágenes distintas de lenguas de pacientes reales de hospitales universitarios que padecían una variedad de enfermedades.
Los resultados fueron impresionantes: la IA pudo asociar de forma exitosa el color de la lengua con las enfermedades que ya habían sido diagnosticadas en estos pacientes. Para ello, posicionaron una cámara a unos 20 centímetros de la lengua del paciente con el objetivo de obtener un diagnóstico.
El sistema acertó en el 98% de las ocasiones, otorgando a los expertos resultados en tiempo real. El sistema fue capaz de detectar anemia, asma, afecciones del hígado e incluso COVID-19, así como una importante variedad de problemas vasculares y gastrointestinales.
El hecho de que el sistema pudiera ofrecer estos diagnósticos en tiempo real podría reducir enormemente los tiempos de espera en los hospitales, incluso si fuera necesario la validación final de un médico humano.
También es importante recalcar el esfuerzo llevado a cabo por los investigadores para determinar con el mayor grado de precisión posible el color de la lengua, ya que existen ciertas poblaciones con personas sanas que, por su genética, pueden tener ligeras variaciones de color en sus lenguas, según relata Harvard Health. No determinar bien el color exacto de este órgano muscular de la boca podría dar lugar a falsos positivos.
Los investigadores están entusiasmados con este avance e incluso apuntan a un futuro en el que el modelo se pueda integrar en otros dispositivos, como smartphones. De esta forma, conseguir un diagnóstico sería tan fácil como usar un teléfono móvil y apuntar con la cámara a la lengua, aunque para este escenario aún habrá que esperar.