Así es cómo Elon Musk ha convertido X en una red social "tóxica" de la que están huyendo cientos de miles de usuarios
- Desde la victoria de Trump en Estados Unidos, con el apoyo de Musk, se ha producido un éxodo de usuarios récord en la red social del magnate.
- Más información: Más de un millón de usuarios dicen adiós a X y a Elon Musk en una semana: gran migración al "Twitter de siempre"
"La campaña electoral presidencial de EEUU ha subrayado lo que hemos considerado durante mucho tiempo: X es una red social tóxica y su propietario, Elon Musk, ha usado su influencia para dar forma al discurso político", así anunciaba The Guardian el pasado miércoles 13 de noviembre su salida de la que siempre se ha conocido como Twitter. En España se han sumado otros medios y usuarios a la que ya es la mayor pérdida de usuarios de la historia de esta red social.
El día que Donald Trump ganó por segunda vez la presidencia de Estados Unidos, más de 46 millones de usuarios visitaron la red social propiedad de Musk, más que cualquier otro día de 2023, según datos de Similar Web. Sin embargo, ese mismo día, más de 115.000 usuarios entraron en X y tomaron la decisión de eliminar su cuenta. Desde entonces el goteo de bajas ha seguido creciendo, incluyendo a importantes medios de comunicación. Según Financial Times, en Estados Unidos, la plataforma ha perdido una quinta parte de sus usuarios.
Una pérdida así no se había producido, ni siquiera cuando el nuevo dueño de la red social desbloqueó la cuenta del teórico de la conspiración y de extrema derecha, Alex Jones, decisión que tomó en base a una encuesta informal que había realizado en un tuit. Entonces se fueron 65.000 usuarios, el pico anterior a la actual debacle. Estas son las cifras estadounidenses, las más pronunciadas, pero a nivel global, se han marcharon más de 280.000 personas.
Aún no hay datos sobre una disminución de la actividad, pero sí de la repercusión de este éxodo masivo en la competencia. En busca de un nuevo hogar, la red social Bluesky recibe más de 100.000 usuarios nuevos por día desde las elecciones estadounidenses, llegando a superar en visitas en noviembre a Threads, la alternativa creada por Mark Zuckerberg como respuesta al primer año de Elon Musk como propietario de X.
La dirección del multimillonario ha suscitado constantemente la polémica desde que compró Twitter en 2022. Su simple llegada provocó 200.000 cuentas desactivadas. Hasta ahora con su apoyo y participación en la campaña del Partido Republicano contra Joe Biden, primero, y Kamala Harris, después. Esta semana Trump le ha recompensado con un puesto de liderazgo en el Departamento de Eficiencia Gubernamental.
Cuando compró la empresa de redes sociales en octubre de 2022, Musk prometió que, bajo su dirección, la plataforma no tomaría partido en la política. "Para que Twitter merezca la confianza del público, debe ser políticamente neutral, lo que significa efectivamente molestar a la extrema derecha y a la extrema izquierda por igual", publicó Musk en su perfil. En pocas semanas, abandonó las pautas de moderación de la plataforma en nombre de la libertad de expresión, de la que se considera el mayor defensor. Este fue el principio de la mayor transformación que ha sufrido esta red social.
X, un altavoz político
Tras la victoria de Trump, el podcaster de extrema derecha, Joe Rogan indicó que cualquiera que pensara que Twitter alguna vez valió 44.000 millones de dólares era un "maldito imbécil". La que fue calificada por Wall Street Journal como "la peor compra de bancos desde la crisis financiera", se entiende ahora como todo lo contrario al quedar patente el poder social que tienen las redes sociales.
Semanas después de que Musk asumiera el cargo, la aplicación restauró más de 62.000 cuentas que habían sido suspendidas previamente por violaciones a las políticas, en una acción que Musk llamó "amnistía general". Entre ellos estaban Donald Trump que había sido expulsado por realizar afirmaciones falsas sobre el voto por correo, tras perder la presidencia en las elecciones de 2020. Entonces, Twitter se limitaba a etiquetar estas publicaciones con enlaces a información verificada, pero no fue suficiente y terminó por borrar mensajes y expulsar a usuarios de gran relevancia como el expresidente.
Otra gran medida que tomó el magnate al llegar fue destacar su cuenta oficial. Gran parte de la influencia de Musk en X se debe al ritmo con el que publica, pero también está propiciada por los cambios en el funcionamiento de la red social. A principios de 2023, el multimillonario hizo que los ingenieros de Twitter agregaran una línea de código para promocionar su propio perfil, la cual aparece en el muro "Para ti" con frecuencia aunque no se sea seguidor suyo. Con más de 202 millones de seguidores, la cuenta de Elon Musk es la más seguida de X, por un margen de más de 71 millones con el segundo, Barack Obama.
La semana de las elecciones, en solo cuatro días, Musk llegó a publicar 400 mensajes sobre política celebrando la victoria de Donald Trump. Es solo una muestra de la intensa campaña a favor del republicado a la que ha servido de altavoz X, en general, y la cuenta de Musk en particular. El magnate entrevistó al reelegido presidente durante dos horas en una conversación amistosa y plagada de afirmaciones falsas. El día de las elecciones, The New York Times recoge que usuarios de otras plataformas populares entre la extrema derecha como Gab, Parler y Truth Social, recurrían a X para obtener noticias electorales.
Durante la campaña Musk promovió una Comunidad X, formada por un gran grupo de usuarios, llamada Election Integrity Community y creada por su súper PAC, América PAC. Un super PAC es una organización privada que tiene el propósito de ayudar o influir en las elecciones y la adopción de ciertas leyes en EEUU mediante la inversión de dinero. La comunidad se agregó automáticamente al muro que los usuarios ven cuando entran en X.
NBC indica que la comunidad se llenó de teorías de conspiración, desinformación, rumores y sospechas sobre fraude electoral. Recientemente ha instado a los tuiteros a reemplazar a los medios de comunicación e informar sobre el regreso triunfal de Trump al poder. El magnate ha compartido noticias falsas y bulos en su perfil en más de una ocasión, además de despreciar la labor de periodistas y medios.
Odio y pornografía
Musk entró en las oficinas del entonces Twitter dispuesto a hacer limpieza (con un lavabo en la mano a modo de metáfora), despidiendo sin contemplaciones a la mitad de la plantilla de la empresa, cerca de 3.700 personas. Incluso hubo despidos fulminantes de quienes se atrevieron a llevarle la contraria públicamente en Twitter. Según un informe publicado por el propio Twitter en 2023, la compañía sólo cuenta con 20 moderadores de contenidos que hablan español, del total de 2.294 empleados destinados a regular el contenido de la plataforma, aunque no queda claro si esa cifra se refiera sólo a Europa o a todo el mundo.
Let that sink in pic.twitter.com/XvYFtDrhRm
— Elon Musk (@elonmusk) November 6, 2024
Sin personal que revise y modere las millones de publicaciones delicadas que se realizan a diario, la red social se ha convertido en el salvaje oeste. En diciembre de 2022, poco más de dos meses después de que Elon Musk comprase Twitter, varios estudios llevados a cabo por investigadores de organizaciones como la Liga Antidifamación y recopilados por The New York Times apuntaban que el discurso de odio (incluidos ataques racistas, antisemitas y homófobos) se habían disparado en la red social. Por ejemplo, mientras que antes aparecían una media diaria de 1.282 insultos racistas contra los negros, desde que el hombre más rico del mundo pasó a controlar la plataforma, la cifra se ha triplicó hasta los 3.876.
Las pocas respuestas que ha dado la empresa, al margen de las contestaciones provocadoras de Musk, redirigen directamente a las notas de la comunidad, anotaciones que los usuarios pueden añadir a las publicaciones. Todos los usuarios de la red social pueden ver los mensajes con o sin ilustraciones y un comentario debajo donde se aclara el contexto o correcciones de ese contenido que puede ser falso o engañoso. Las notas las escriben y supervisan los propios usuarios que son libres de apuntarse a esta comunidad de supervisores. Antes de que el resto de usuarios puedan verlas, las anotaciones deben recibir un mínimo de votos de la comunidad de colaboradores.
Además de insultos y desinformación, la pornografía también se ha convertido en un contenido habitual de la red social. En 2023, investigadores de Stanford han detectado imágenes de abuso infantil que ya se encontraban en bases de datos usadas para filtrar contenido. En ocasiones, basta con pinchar un hashtag relacionado con algún tema de actualidad para que el visitante acabe sin pretenderlo en una secuencias de tuits con contenido pornográfico.
Bots verificados y bloqueos light
La Comisión Europea tiene varias investigaciones abiertas sobre X, sobre todo en relación con el sistema para moderar la desinformación y el contenido ilegal. Antes de dimitir el pasado mes de septiembre, Thierry Breton, Comisario de Mercado Interior de la Unión Europea, publicaba esta semana su segunda carta en menos de un año para instar a X a cumplir con las reglas de la región contra el contenido dañino. Musk le contestaba con burlas.
Además de la falta de moderación, Musk también fue duramente criticado por deconstruir el sistema del tick azul que antes reflejaba las cuentas verificadas, para otorgarlo solo a los usuarios de pago. Fue necesario crear nuevas marcas de otros colores para destacar las cuentas oficiales de empresas, organizaciones e instituciones, así como algunos famosos.
No obstante, el check azul sigue significado que la persona ha pagado por tener funciones exclusivas, no que se trate de una persona real cuyos datos han sido verificados. Esta marca se ha denostado hasta el punto de que algunos suscriptores quisieran ocultarla, posibilidad que la empresa ha eliminado.
El también dueño de SpaceX y Tesla prometió que su sistema de pago en Twitter sería la respuesta para limpiar la red social de bots y cuentas falsas, pero aún no lo ha conseguido. El anonimato de las cuentas no verificadas y la falta de transparencia de la compañía dificultan saber hasta dónde llega el problema de bots generadores de bulos y spam, así como detener a los infractores de delitos de odio.
En medio de toda esta crispación, Musk ha seguido aplicando medidas controvertidas como cambiar la función de bloqueo que sirve como herramienta ante el acoso en todas las redes sociales. Aunque bloquees a un usuario, este podrá seguir leyendo lo que publiques, aunque no podrá interactuar contigo. Otro clásico elemento que quiere borrar es el recuento de likes y retuits, aunque aún no está claro cuándo o si realmente llevará a cabo esta promesa. Ya en agosto del año pasado Musk generó discordia con la decisión de eliminar los titulares de los artículos enlazados en los tuits de X; algo de lo que se acabaría retractando en los meses posteriores.
Aprovecha su IA, sin filtro
Toda la masa de mensajes publicados durante años, veraces o no, ofensivos o no, se han utilizado y se siguen utilizando para entrenar al modelo de lenguaje natural de la empresa. Musk también se ha querido subir a este caballo con su estilo propio, Sin avisar a los usuarios y teniendo estos que buscar en los ajusts como rechazar el uso de sus mensajes para nutrir a la IA. Grok 2, así se llama, no ha dejado indiferente a nadie, la nueva versión de su alternativa a herramientas de generación de contenido como ChatGPT o Gemini se ha lanzado recientemente, sin censura.
La IA de Musk no tiene reparos en generar las imágenes que otras IA se niegan a crear: desde escenas de propaganda política, imágenes de mujeres sexualizadas y personas famosas en situaciones embarazosas, como Barack Obama frente a unas rayas de cocaína. Así es la "IA más divertida del mundo", según la describe el multimillonario, el mismo que pidió parar el desarrollo de esta tecnología el año pasado por el riesgo que supone para la humanidad. Ahora es uno de sus mayores clientes, compartiendo numerosas imágenes generadas por IA.
Más allá de las bromas de mal gusto, esta tecnología ya se usa para difundir más rápido desinformación y ciberataques, incluso en casos donde sí se intenta evitar que se use mal. OpenAI ha denunciado varias operaciones contra campañas de desinformación que usaban ChatGPT para crear bulos y después los subían a las redes.