El rastro del ser humano y su huella en el planeta
En breve ya seremos siete mil millones de personas conviviendo en la tierra. Siete mil millones de vidas, de movimientos, experiencias, pensamientos y acciones. Siete mil millones de seres que se mueven, se desplazan por el mundo, se comunican y en definitiva viven a cobijo de un planeta que nos soporta estoicamente.
Un planeta en el que dejamos nuestro particular rastro, nuestra huella. En diferentes formas y con diferente intensidad dejamos nuestra impronta en el mundo. Y lo más curioso es que ahora la podemos ver, a través de los ojos de los satélites que todo lo captan y registran. Curiosas imágenes que nos hacen reflexionar cuánto hemos evolucionado y cual es nuestro futuro.
Unas imágenes que a ratos
Es impresionante la cantidad de movimientos aislados que hacen unas curiosas telas de araña cuando se juntan. Muy atrás queda un planeta más vírgen y menos castigado por el paso del hombre. Un paso rápido de una evolución que nos ha convertido de meras tribus nómadas en busca de alimento, a individuos que cogen aviones o se sientan y miran lo que pasa al otro lado del mundo a través de su teléfono móvil.
Pero en esta maraña de movimientos, luces, carreteras y conexiones ¿podremos seguir viviendo bien? Es decir, ¿No estaremos castigando demasiado el planeta? ¿Resistirá el desgaste de nuestro continuo ímpetu y evolución? Permitidme ser optimista y creer que si. La revolución tecnológica debería también englobar un cambio a mayores mejoras y descubrimientos que nos permitan ser más respetuosos con el medio ambiente. De momento somos más conscientes de ello, pero hace falta un empujón más.
Preguntas y más preguntas, mientras veo estas imágenes. Tomo conciencia de lo inmenso que es nuestro planeta, y como nos lo montamos. Como pequeñas hormigas en sus respectivos hormigueros.
Fuente | Pijamasurf