La mentira de las marcas: Así se crea la ilusión de la libre elección
El mundo está dominado por una serie de corporaciones, y eso es así. Para nuestra desgracia todo se mueve con el dinero, y por mucho que intervengamos o creamos tener el poder de elegir lo que más nos gusta, lo único que tenemos es una ilusión de libre elección, ya que la oferta y demanda se regulan según los intereses, para controlar lo que vamos a comprar, lo que se va a poner de moda y cuál va a ser el nuevo producto de moda. Todas las guerras que se viven entre medias, Samsung VS iPhone, Windows VS Mac, iOS VS Android… son al fin y al cabo insignificantes al lado de lo que se cuece en las altas esferas, donde se decide cómo realmente se va a mover el mercado.
Fijaos en la imagen que encabeza el post, decenas y decenas de marcas finales para el consumidor, que según escalas hacia arriba se van reduciendo hasta llegar a tan solo diez grandes empresas detrás de las cuales está todo. ¿Y funciona en todos los mercados igual? Por supuesto que sí. La guerra se lucha entre tan solo unas pocas compañías, pero todas tienen intereses detrás de cada pequeño movimiento que se realiza.
Recordad, cuando elegimos no lo estamos haciendo libremente. Hay que llegar a entender esto para que cuando elegimos algo lo hagamos de la forma más libre posible, ya que sólo así tendremos la posibilidad de hacerlo entendiendo lo que hay detrás. Es un poco paradójico, pero en ocasiones hacer algo de forma consciente cambia radicalmente la situación.
Con esto no quiero decir que no exista la competencia, por supuesto que la hay, pero la mayor parte de las cosas están diseñadas para que pensemos de un modo u otro sobre una determinada marca. ¿Habéis oído alguna vez criticar al iPad por parte de Samsung? Seguro que os habéis enterado de alguna que otra guerra. ¿Habéis oído a Samsung criticar la pantalla del iPad? Seguro que no, porque la fabrican ellos. Al final existe una serie de intereses que no se pueden tocar, y los negocios son los negocios. Cuantos más iPad venda Apple, mejor para Samsung, ¿pero hasta que punto? Y esto no pasa sólo aquí, es un ejemplo de entre miles, porque cuando entras a un nivel más profundo, fabricación de componentes electrónicos, chips, etc., te das cuenta de que puedes encontrar procesadores Motorola en reproductores bluray de Sony o vete tu a saber qué dentro de cualquier cacharro de otra compañía.
Las marcas que vemos en los escaparates son sólo la punta del iceberg. La cuestión es si queremos o no realmente lo que hay debajo.