Hay veces que uno lee noticias a las que no puede dar crédito, y curiosamente es un hecho que cada vez se repite más. Este es el caso de los dos satélites espía que la National Reconnaissance Office ha regalado a la NASA, ya que son más potentes que el Hubble, y podría ayudar a dar un gran impulso a la exploración del espacio para una agencia que últimamente se enfrenta a serios problemas.

Una de las cosas que más me ha llamado la atención investigando un poco sobre esta noticia es la National Reconnaissance Office en si, ya que pensaba que una agencia que se dedica a espiar sería algo más secreto, pero resulta que tienen una página web donde puedes ver todo tipo de información sobre ellos realmente llamativa.

La siguiente frase es la que encabeza la historia de la NRO:

When the United States needs eyes and ears in critical places where no human can reach – be it over the most rugged terrain or through the most hostile territory – it turns to the National Reconnaissance Office (NRO).

Que traducida al español significa:

Cuando los Estados Unidos necesita ojos y oídos en lugares críticos que ningún humano puede alcanzar – ya sea en el terreno más escarpado o en el territorio más hostil – recurre a la National Reconnaissance Office (NRO).

Desde luego es muy intrigante, y quizás yo estaba demasiado desinformado sobre la existencia de esta agencia, pero por lo que ellos mismos afirman, ninguno la conocía hasta 1992:

From our inception in 1961 to our declassification to the public in 1992

Que en español:

Desde nuestro origen en 1961 hasta nuestra desclasificación al público en 1992

Pues ahora que sabemos algo más sobre la NRO, volvamos a los satélites. Esta agencia cuenta con los NRO-1 y NRO-2, que ahora mismo están abandonados cogiendo polvo en un almacén de Nueva York. Ambos cuentan con un espejo de 2.4 metros de diámetro, igual que el Hubble, pero los de la NRO tienen un espejo secundario que permite obtener una resolución 100 veces mayor.

¿Cuál es el problema? Pues que la NASA atraviesa un momento muy complicado económicamente, y aunque ahora mismo cuente con estas dos joyas, no tiene ni los recursos, ni el equipo, ni el dinero para ponerlos en órbita, por lo que actualmente no son más que chatarra en ese almacén de Nueva York.

Aún así son muy buenas noticias para la NASA y el futuro de la exploración espacial, ya que una vez consigan reabrir un programa para usar este tipo de telescopios, la parte principal ya la tendrán hecha.