El término “hikikomori” nació en Japón y traducido a nuestro idioma vendría a significar “recluirse” o”aislarse”. Este término empezó a utilizarse para denominar un fenómeno propio del país nipón que ha sido descrito como enfermedad ligada a la cultura. El fenómeno en cuestión consiste en el aislamiento dentro de una habitación, perdiendo todo contacto con el mundo exterior.

Suele darse más en varones adolescentes, que suelen ser individuos que sin ningún síntoma psicótico, es decir, si hablásemos con ellos nos parecerían gente totalmente normal. Pero, por alguna razón, se aíslan de la sociedad encerrándose en su cuarto durante más de seis meses sin salir salvo en contadas ocasiones y siempre a altas horas de la noche para evitar cualquier contacto social, exceptuando a sus familiares más cercanos, a los cuales sí dirigen alguna palabra o frase corta en caso de absoluta necesidad.

Os preguntareis a qué se dedican esta gente todo el día encerrada en su habitación. Pues se abandonan a múltiples hobbies, aunque lo más concurrido es que se dediquen a ver películas, leer novelas o mangas, jugar a videojuegos, escuchar música o navegar por internet (claro que, puede que esto también tenga un factor social, ya que el síndrome de Hikikomori se da en Japón y allí estos son los pasatiempos más típicos de ésta sociedad, una de las más tecnológicas del mundo, si no la que más).

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No se conoce muy bien cómo se desarrolla el trastorno, pero se ha hablado de cierta influencia de la rigidez, competitividad y nivel de exigencia en muchos ámbitos de la sociedad nipona tales como la educación o el entorno laboral. Estas exigencias podrían llevar a los adolescentes japoneses a un estado de frustración que les empuja a evadirse del mundo exterior teniendo como resultado tal aislamiento.

De momento, el fenómeno solamente se ha observado en Japón, pero hoy he querido daros a conocer dicho trastorno ya que quizás en un futuro se pueda extender a otras partes del mundo, más aún teniendo en cuenta los tiempos que corren en los cuáles a los jóvenes nos exigen cada día más preparación a la vez que nuestras oportunidades laborales son menores. Por desgracia este hecho podría llevar a que las ilusiones de muchos caigan en saco roto y se creen estos estados de frustración, y quizás puedan llevarnos a ver casos patológicos similares a estos.

Fuentes: Blog Rpp / Documental “Hikikomori-Recluso social”