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Sensacionalismo en la ciencia: ¡Basta ya, por favor!

23 julio, 2012 12:02

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Hace varios meses que llevo diciendo a los demás compañeros de Medciencia que nuestro “problema” (por llamarlo de alguna forma) no son los temas que tratamos, que realmente creo que son interesantes y actuales, y que mucha gente lo cree. El “problema” es hacerse un hueco en el gran mundo de internet. Y,  sobre todo, el “gran problema” es llegar a ocupar ese hueco sin caer en el sensacionalismo tan típico y morboso que usan los medios de comunicación generalistas e incluso los medios científicos en más ocasiones de las que nos gustaría.

Caer en el sensacionalismo es un error. Una cosa es intentar ponerle un nombre a una entrada para que suene interesante, y otra es inventarse titulares o hablar, lisa y llanamente, de chorradas sin sentido. Y ambas cosas, tanto los titulares inventados como el hablar de tonterías, son un error que hasta las grandes revistas utilizan.

Sin ir muy lejos, hace pocas semanas leí “estudios” tipo “leer tal letra antes de un examen mejora las calificaciones” o “ver tal color cambia tu forma de pensar”. Vale, de acuerdo, la psicología siempre ha sido la prima lejana de la ciencia que ha tenido que luchar para que se le tomara más enserio. Pero una cosa es eso, y otra es publicar cosas de este calibre, sobre todo sin poner apenas referencias ni tan siquiera dar número de sujetos en el experimento.

Un servidor por ejemplo habló de un ensayo en una futura vacuna contra el Alzheimer. En este ensayo apenas participaron 50 personas (un número miserable), pero ya me preocupe de dejar claro que el ensayo estaba en una fase muy precoz, y que harían falta muchos más ensayos y estudios para confirmar la hipótesis, aparte de una espera de un mínimo de 10 años para aprobar algo así. Si no te preocupas en aclarar esto, aunque puede que muchos lectores lo sepan ya, se te pueden echar al cuello con todas las razones del mundo, porque si no lo aclaras es como si estuvieras mintiendo.

Por tanto, tenemos claro que el número de individuos de un estudio es muy importante. Eso, y que ese estudio se repita, que lo hagan varios grupos de investigadores, porque cuando lees un estudio nuevo que nadie más ha comprobado, nunca te lo acabas de creer al 100%. En este campo somos muy escépticos (que no significa que creamos que todo el mundo miente, al estilo House, sino que nos preocupamos por dejar bien claros los experimentos que se realizan, para que no se puedan falsear).

Luego está el tema del sensacionalismo. Una cosa es hablar de temas interesantes y de actualidad, y otra inventarte títulos que sabes que calaran en la gente, aunque el artículo final no tenga tanta “chicha” como parece. Otro ejemplo personal fue cuando yo mismo hablé sobre el mito de que el alcohol mata neuronas, que sin yo enterarme hasta un tiempo después, parece ser que tuvo bastante éxito. Pero tuvo éxito porque, queramos o no, el alcohol, drogas y sexo son temas que llaman mucho la atención. Por otra parte, algo que también he leído recientemente, está el tema de querer hablar de “psicotrucos” y tener el valor de recalcar, entre paréntesis, que son “científicos”. ¿PSICOTRUCOS, CIENTIFICOS? Por favor.

La ciencia puede ser muy interesante o muy aburrida, depende de cómo sepamos “venderla”. Pero esto no quiere decir que tenga que ser un negocio más destinado a ganar dinero, no va así la cosa. La mayoría de los que escribimos empezamos “por amor al arte” que se suele decir. Esta muy bien ganar dinero haciendo algo que te gusta, está realmente genial. Pero no por ello te tienes que inventar las cosas ni intentar engañar a nadie con tus titulares, solo y exclusivamente por vender.

Se puede hacer muy bien y describir bien, con un título resumido, cualquier tipo de artículo, simplemente hay que pensarlo bien antes de publicarlo, consiguiendo que parezca interesante. Porque, aunque parezca que no, la ciencia es interesante y nos resuelve absolutamente TODAS las dudas que tenemos en la vida cotidiana. Que queramos darnos cuenta o no, o que tengamos la voluntad para buscar esa información, es otra historia.

Imagen: Pulso de opinión.