Israel contra Iran, el poder de las ondas electromagneticas
Es muy posible que hayáis oído las numerosas noticias que aparecen durante los últimos meses (me atrevería a decir que incluso años) en las que se comentan los rumores de que Irán esté desarrollando equipamiento nuclear. El Gobierno de Estados Unidos ha anunciado repetidas veces su profundo interés por solucionar el problema de forma pacífica, mediante el uso del diálogo y sin recurrir a la violencia. Pero quien no se ha mostrado tan abierto a ese tipo de vía es Israel: el Estado hebreo amenaza con inutilizar todos los aparatos electrónicos de Irán.
Ahora mismo debéis estaros preguntando: “¿Y qué tiene que ver esta noticia con la temática del blog? Esto parece más una noticia política.”. Pero es que la ciencia de la noticia se esconde en la forma del ataque; y es que Israel no va a destruir las fábricas en las que se construyen los dispositivos o va a ir rompiendo uno por uno todos los aparatos iraníes, no van por ahí los tiros. Lo que pretenden es destruir los dispositivos electrónicos lanzando un ataque con pulsos electromagnéticos sobre Irán.
Ataques de pulsos electromagnéticos
Un ataque de pulso electromagnético (de ahora en adelante, PEM o EMP) de gran altitud es un tipo de ataque de PEM que se realiza elevando una bomba nuclear a una altitud considerable (unos 300-500 km) y haciéndola estallar una vez allí. La explosión desprendería radiación gamma, que caería sobre la atmósfera.
A causa del Efecto Compton, dichos rayos gamma provocarían una lluvia de electrones que quedarían atrapados en el campo magnético de la Tierra. Esto acabaría comportando un EMP que inutilizaría todos los aparatos eléctricos y electrónicos que se encontraran dentro del rango de acción del ataque.
Pero lo peor es que no estamos hablando de uno o dos kilómetros a la redonda: con un ataque de este tipo, podrían llegar a cubrirse continentes enteros.
Imaginaos por un momento el poder destructivo que podría tener un ataque de este tipo: no causaría víctimas mortales de forma directa, pero dejaría a todo un país sin electricidad ni luz artificial. Además, les impediría enterarse de las causas que han provocado el corte eléctrico, dado que los dispositivos usados para enterarse de las noticias (smartphones, televisiones, radios, ordenadores con los que conectarse a Internet…) habrían quedado inutilizados. Tampoco servirían los periódicos o las revistas, puesto que las imprentas no funcionarían.
Pero lo peor aún estaría por llegar: no podríamos comprar alimentos, puesto que los procesos de fabricación de estos quedarían inutilizados. Ni siquiera el agua potable estaría accesible, ya que las bombas usadas para transportarla habrían quedado inutilizadas.
Muchos habréis pensado que una solución sería huir del país, pero tampoco es una posibilidad viable: coches, motos y demás vehículos no funcionarían. Y no veo demasiado factible recorrer varios cientos de kilómetros a pie.
Como podéis ver, desgraciadamente, un ataque de este tipo sería muy difícil de superar.
Imagino que habréis sacado vuestras propias conclusiones mientras leíais, pero desde luego muy crudo lo tendría Irán (y cualquier otro país) para que no le afectara esto si realmente se produjera el ataque. De todas formas, todo esto no son más que rumores y posibilidades que podrían acabar en nada, pero siempre es curioso (aunque también terrorífico) saber el “poder que tiene la física” y cuánto nos influencia realmente el electromagnetismo en nuestra vida diaria.