¿Están las bacterias implicadas en nuestro apetito?
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Conociendo la importancia de la flora bacteriana de nuestro sistema digestivo, un grupo de científicos de la Universidad de Rouen (Francia) se plantea la posibilidad de que las bacterias también puedan tener cierto control sobre el apetito. Su interesante hipótesis ha sido publicada en el “Journal of Microbiology“. Veamos de qué se trata.
¿Podrían las bacterias tener control sobre el centro cerebral del apetito?
La hipótesis surge a raíz de todas las funciones conocidas que las bacterias desempeñan en nuestro sistema digestivo, más arriba mencionadas. Y no es que tengamos pocas bacterias en nuestro sistema digestivo. Para hacernos una idea, tenemos del orden de entre 1013-1014 bacterias por gramo en nuestro tracto intestinal y constituyen 1/3 del peso de las heces.
Además, no sólo están implicadas en la formación de compuestos relacionados con la digestión sino que también forman parte del sistema nervioso que inerva el tracto gastrointestinal (el sistema nervioso entérico). Las bacterias responden a los nutrientes que ingerimos y a nuestros distintos estados que expresamos mediante la señalización hormonal. Para ello, responden mediante la generación de compuestos como el GABA (un neurotransmisor) y compuestos amino como la tirosina y el triptófano (que se utilizan para la síntesis como la dopamina y la serotonina, ambas moléculas implicadas en nuestro estado de ánimo).
Se conoce cada vez mejor la implicación de las bacterias en enfermedades como el cáncer, el síndrome metabólico o en enfermedades tiroideas porque influyen en las vías de señalización de acogida de la enfermedad. Un reciente estudio también ha desvelado la relación existente entre la bacteria intestinal Campylobacter jejuni y la inducción de ansiedad en ratones.
Por todas estas razones, el investigador principal del estudio, Vic Norris, se pregunta:
“¿Puede la flora intestinal influir en la elección de los alimentos que vamos a comer? Se proponen una serie de experimentos que analizarán la presencia de determinados metabolitos bacterianos con imágenes de la actividad cerebral de las regiones del cerebro asociadas con el apetito y el placer”.
Habrá que esperar a confirmar esta hipótesis que os contaré en un futuro pero conociendo todo lo que hacen las bacterias y de lo que son capaces, no me extrañaría nada que esta hipótesis quedase confirmada.
Fuente: ScienceDaily, American Society for Microbiology