Todos tenemos en casa secciones para el reciclaje de materia orgánica, papel, plásticos, además de los vidrios. A través del método boca a boca, poco a poco se ha ido generando en la sociedad la necesidad de reciclar correctamente todos los residuos que vamos generando.

Ha sido un punto positivo, pero no el último paso hacia el reciclaje correcto de todo lo que consumimos. Un tipo de reciclaje que todavía nos cuesta un poco llevar a la práctica, es el de los productos farmacéuticos.

Pero, ¿los productos farmacéuticos también hay que reciclarlos?

La respuesta es afirmativa. La realidad es que cada vez se consume una mayor cantidad de fármacos a nivel mundial, y esto está empezando a ser un problema para el medio ambiente. Las plantas de tratamiento de aguas residuales no están preparadas para eliminar los compuestos farmacéuticos o sus metabolitos (generados tras el paso de los fármacos por nuestro organismo).

El caso del Diclofenaco

Este fármaco se utilizó en gran medida en la India, en la industria ganadera como medicamento antiinflamatorio para aminorar el dolor por artritis en vacas, que no sólamente recuperaban su salud, sino que se incrementaba la producción de leche (es el conocido Voltaren ®)

La India tuvo que prohibir la producción y venta de este fármaco debido a que se le ha atribuido la espectacular disminución de poblaciones asiáticas de buitres. Algunas especies afectadas han sido el buitre picofino, el indio y el dorsiblanco bengalí, que estaban catalogadas como “en peligro crítico” por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales), y que han visto reducida su población hasta en un 95% en ciertas áreas. Los buitres morían probablemente por insuficiencia renal, conocido efecto secundario del diclofenaco, tras ingerir restos vacunos tratados con dicho fármaco.

El problema radica en que la muerte de decenas de millones de buitres ha tenido efectos muy negativos sobre el ecosistema de la India. Al desaparecer los buitres se favoreció el incremento de poblaciones de perros salvajes, que al ser limpiadores de restos de animales domésticos sustituyeron el papel de las rapaces.

Al multiplicarse las poblaciones de estos perros, se incrementaron dos cosas: por un lado, el número de casos de rabia en humanos (por mordiscos de los perros) y por otro el número de leopardos en la India, que se alimentaban de dichos perros. Este incremento del número de felinos produjo que invadieran áreas urbanas para cazar, provocando un aumento de ataques ocasionales a niños.

Es triste, pero el círculo comienza en el ser humano tirando el fármaco, y el círculo se cierra en el ser humano. La cadena de consecuencias que hemos descrito antes es uno de los motivos que llevan a que debemos tomar conciencia de la importancia de reciclar correctamente no sólo los fármacos, sino los envases que los contienen.

¿Qué hacemos con los fármacos?

Actualmente hay 21.000 farmacias a nivel nacional que tienen un punto SIGRE,  una entidad sin ánimo de lucro creada para garantizar la correcta gestión medioambiental de los envases y restos de medicamentos de origen doméstico.

Aunque no le prestemos mucha atención, la realidad es que todos los envases de medicamentos comercializados en España a través de las oficinas de farmacia llevan incorporado el símbolo SIGRE (la imagen que aparece en la portada de este artículo). De esta forma nos informan que el fármaco se encuentra adherido a este sistema integrado de gestión.

Además, tenemos garantía tanto de Europa, a través de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), como de España, a través de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Esta última agencia regula el cómo eliminar de forma responsable los medicamentos que no utilizamos:

“Los medicamentos no se deben tirar por los desagües ni a la basura. Deposite los envases y medicamentos que no necesita en el Punto SIGRE de la farmacia. En caso de duda pregunte a su farmacéutico cómo deshacerse de los envases y de los medicamentos que no necesita. De esta forma, ayudará a proteger el medio ambiente”

¿Si reciclamos los fármacos, qué beneficios obtenemos?

Aunque es importante indicar que reciclando se reducen los perjuicios medioambientales, también existen beneficios sanitarios. Se favorece la no acumulación de medicamentos en nuestras casas, pues debemos reconocer que tenemos minifarmacias en todos nuestros domicilios, con lo que además en esta situación de crisis económica en la que nos encontramos, puede ayudar, para qué gastar en algo que no vamos a necesitar.

En conclusión, reciclemos correctamente no sólo lo orgánico, vidrios, papel y plásticos, sino también los fármacos, el medio ambiente lo agradecerá.

Fuentes: SIGRE y Quercus

Imagen: SIGRE