El aprendizaje del lenguaje podría empezar en el útero
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Según investigadores de la Pacific Lutheran University en Washington, los bebés podrían empezar a aprender su lengua materna, incluso antes de ver las caras de sus madres ya que los recién nacidos reaccionan de manera diferente a los sonidos vocálicos nativos y a los extranjeros, lo que sugiere que el aprendizaje comienza en el útero.
Los bebés puestos a prueba de 7 a 75 horas después de nacer trataron las variantes habladas de un sonido vocal en su lengua materna como cosas similares, prueba de que los recién nacidos consideran estos sonidos como miembros de una categoría común, dicen la psicóloga Christine Moon y sus colegas. Sin embargo, los recién nacidos consideraron diferentes versiones de un sonido vocal de una lengua extranjera como diferentes y desconocidas, afirman los científicos en la próxima Acta Paediatrica.
Los fetos pueden oír los sonidos del exterior desde unas 10 semanas antes del parto. Hasta ahora, la evidencia científica sugería que el aprendizaje prenatal se limitaba a la melodía, el ritmo y la sonoridad de las voces. Además, investigaciones previas establecieron que, a los 6 meses de edad, los bebés agrupan los sonidos vocálicos de sus lenguas nativas en categorías, pero no los sonidos vocálicos extranjeros.
Moon y sus colegas proponen que, en los últimos dos meses de gestación, los bebés identifican por lo menos algunas vocales – los sonidos del habla más fuertes y expresivos – pronunciadas por sus madres.
Cualquier identificación de las vocales antes del nacimiento demuestra que los fetos oyen sorprendentemente bien a pesar de estar inmersos en el líquido amniótico dentro de espacios reducidos, señala la psicóloga Minna Huotilainen del Instituto Finlandés de Salud Ocupacional en Helsinki. El nuevo estudio “implica que el cerebro del feto cerca del nacimiento puede percibir y aprender la mayoría de los aspectos clave del discurso”, dice Huotilainen.
El equipo de Moon estudió 80 recién nacidos sanos, la mitad en hospitales de Estados Unidos y la otra mitad en hospitales suecos. Cada niño yacía en una cuna en una habitación tranquila con auriculares blandos colocados junto a sus oídos. Por medio de un chupete conectado a un ordenador, los bebés desencadenaron la presentación de los sonidos vocales durante cinco minutos.
Los enunciados se componían de 17 variantes de una “e” fuerte inglesa y 17 variantes de un vocal sueca que suena más o menos como Yeh y se hace con los labios apretados. Cada conjunto de vocales incluía una que había sido calificada como el mejor ejemplo de ese sonido por hablantes nativos.
Un sonido vocal se reprodujo hasta que el recién nacido dejó de chupar durante al menos un segundo. Una nueva vocal se presentó cuando la succión se reanudó. Según los investigadores, largos periodos de succión denotan un mayor interés en un sonido
Como promedio, los recién nacidos chuparon sus chupetes más veces al oír las vocales extranjeras que las vocales nativas. Este hallazgo se sostuvo independientemente del tiempo transcurrido desde su nacimiento. Los chupetes tuvieron el mayor trabajo cuando los bebés escucharon el mejor ejemplo de la vocal extranjera.
Todas las versiones del sonido vocal nativo provocaron el mismo ritmo de succión del chupete, lo que indica que los recién nacidos ya perciben estos sonidos del habla como parte de una sola categoría, dice Moon.
Fuentes: Science News