Maravillas de la naturaleza: Río Tinto y su parecido con Marte
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El río Tinto
El río Tinto es famoso en todo el mundo por tener unas características en sus aguas que lo hacen muy especial. Discurre por Huelva, desde la Sierra de Padre Caro hasta la ría de Huelva. El pH del agua oscila entre 1.7 y 2.5, es decir, es extremadamente ácido. Sus aguas tienen un alto contenido en metales pesados, mayoritariamente hierro, que le aporta ese color rojizo tan característico. Parece un ambiente en el que no podría vivir nada ¿no? ¿Qué podría sobrevivir ahí? Sí, es lo que estáis pensando, bacterias. Y no sólo bacterias, también algunos hongos y algas que son únicos de este ecosistema. A este tipo de microorganismos se les conoce con el nombre de extremófilos.
Por ser un ambiente con condiciones tan extremas la NASA eligió este lugar para estudiar su posible parecido con Marte en 2010. Los científicos del Centro de Astrobiología de Madrid (CAB, INTA-CSIC) realizaron un estudio en el que expusieron a algunas de las bacterias que viven en el río Tinto a las mismas condiciones que presentarían al vivir en Marte y los resultados mostraron un alto porcentaje de supervivencia. Este resultado significa que la vida en Marte, aunque se bacteriana, es posible.
Las costras de sal, el escondite perfecto
Tres años después, una nueva investigación llevada a cabo por el mismo Centro de Astrobiología presenta un posible lugar en el que encontrar vida tanto en Marte como en Europa, una de las lunas de Júpiter.
De nuevo, el lugar escogido para estudiar similitudes entre el planeta rojo y el nuestro es el río Tinto. En su cauce se pueden encontrar depósitos salinos asociados con azufre y hierro llamados natrojarositas en cuyo interior viven microorganismos. Son como una especie de microcuevas en las que refugiarse de las condiciones hostiles que les rodean y ese mineral es muy similar a otro detectado en Marte llamado jarosita.
En el interior de estas costras de sal se han identificado hasta 5 microorganismos distintos. Estos depósitos salinos se han ido formando en capas de poco milímetros y suponen un ecosistema totalmente diferente del ya de por sí extraño ambiente que existe en río Tinto. Es como rizar el rizo.
En palabras de uno de los autores del nuevo trabajo publicado en Planetary and Space Science, Felipe Gómez:
“La localización de estos micronichos protegidos en un análogo terrestre de Marte –como el río Tinto– supone un importante paso para considerar el potencial de habitabilidad del planeta rojo. Desde un punto de vista astrobiológico, los depósitos de sal tienen gran importancia y se deben tener en cuenta a la hora de buscar restos de vida en misiones espaciales de exploración, como la que actualmente está desarrollando el rover Curiosity en Marte.”