¿Por qué vemos la luna más grande de lo que es? El misterio de la ilusión lunar
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Alguna noche habrás mirado al cielo y te habrás sorprendido al ver una luna mucho más grande de lo normal. Esto se conoce como la ilusión lunar. Desde hace cientos de años se tenía constancia de esta ilusión óptica y se han buscado diversas teorías para explicar su causa, sin embargo actualmente no hay ninguna que explique completamente porque vemos la luna más grande.
El estudio de estas y otras ilusiones ópticas suelen estar reservadas al campo de la neurociencia, y esto es debido a la característica principal de las ilusiones ópticas: no podemos evitar caer en ellas, incluso aunque sepamos que estamos frente a una ilusión. Por ejemplo, observemos la siguiente imagen:
Los cuadros A y B parecen diferentes, sin embargo son del mismo color. Puedes comprobarlo en la siguiente imagen.
Aunque sepamos que los dos cuadrados tienen el mismo color, seguiremos viéndolos de color diferente en la imagen superior. El mundo que tenemos a nuestro alrededor es complejo y lleno de estímulos diferentes. Si el cerebro necesitara procesar toda la información que recibimos se tardaría demasiado así que normalmente utiliza atajos y suposiciones para acelerar el proceso. En las ilusiones ópticas el atajo no es válido y nuestro cerebro cae en un error. Por si tienes curiosidad, los dos cuadrados nos parecen diferentes debido a los circuitos neuronales que procesan la información visual en nuestro cerebro. La iluminación que recibimos a través de nuestra vista es ajustada para que sea la más cómoda en cada situación. Este ajuste nos permite leer un libro tanto en una habitación con una chimenea encendida como en un parque a plena luz del día, a pesar de encontrarse con iluminaciones completamente diferentes. Para realizar este ajuste lumínico más rápidamente, el cerebro se vale de ciertos supuestos que se suelen cumplir en la naturaleza, por ejemplo si un objeto claro está rodeado de un entorno oscuro el objeto parecerá aún más claro y viceversa. En la imagen las casillas A y B tienen el mismo tono de gris, pero están rodeadas por casillas más claras en un caso y más oscuras en el contrario, modificando el tono de gris que interpreta nuestro cerebro.
Pero volvamos a la ilusión lunar. Se saben varios hechos sobre esta ilusión óptica: la luna parece más grande sólo cuando se sitúa cerca del horizonte, la imagen de la luna realmente no es más grande porque si sacamos una foto tendremos una luna de tamaño natural (algo interesante que puedes hacer la próxima noche de luna llena) y si vemos el paisaje al revés, por ejemplo haciendo el pino, la ilusión desaparece (algo extraño que puedes hacer la próxima noche de luna llena).
La teoría más aceptada explica que la ilusión lunar es realmente una ilusión de Ebbinghaus. Esta ilusión muestra que un círculo central parecerá más grande si se rodea de otros círculos más pequeños y viceversa. En nuestro caso, la luna parece más grande cerca del horizonte porque está rodeado de otros objetos más pequeños de tamaño conocido (casas, arboles…). Pero recientemente los científicos Joseph Antonides y Toshiro Kubota de la Universidad de Susquehanna en Pensilvania han aportado pruebas que descartan esta teoría y han planteado una explicación diferente.
El problema de la ilusión de Ebbinghaus es que es fácilmente reproducible en imágenes, pero ya hemos dicho que la ilusión lunar no aparece en fotografías ni videos. Además, comprobaron que la ilusión de Ebbinghaus tiene un límite de distorsión, sólo puede hacer parecer al círculo central hasta un 10 % más grande, en cambio la luna a veces puede verse el doble de grande de su tamaño normal. Esto prueba que la ilusión lunar debe tener un funcionamiento diferente al que se esperaba.
La teoría de Antonides y Kubota se basa en la idea de que nuestro cerebro juzga a que distancia esta un objeto de dos maneras diferentes. La primera es nuestra visión binocular (la que se produce por la combinación de las dos imágenes individuales que manda cada uno de los ojos), si un objeto aparece del mismo tamaño en el campo de visión de cada ojo, es que el objeto está lejos.
La segunda manera se basa en como miramos al cielo: aunque realmente sepamos que la luna, el sol y las estrellas están a miles de kilómetros de nosotros, nuestro cerebro se siente “más cómodo” pensando en una distancia finita y percibimos el cielo como una bóveda en la cual la luna, el sol y las estrellas parecen estar a la misma distancia.
Si la luna está en el horizonte nuestro cerebro debe combinar los dos sistemas de medidas: nuestra visión binocular para objetos del horizonte y nuestra distancia celeste para la luna. Pero el cerebro no logra combinarlos correctamente y acabamos usando la visión binocular, creando la ilusión de que el cielo está más cerca de lo habitual, y también la luna.
Aunque sea una idea interesante, aun necesitan pruebas para demostrar su teoría. Actualmente ambos científicos están midiendo los cambios aparentes de tamaño de la luna en diferentes horizontes: campo abierto, edificios, montañas, valles… También quieren comprobar si las personas que han perdido su visión binocular sufren la ilusión.
Aun así, ninguna de las dos teorías explica por qué la ilusión desaparece al hacer el pino. No nos sorprendamos si en la próxima luna llena vemos a un grupo de científicos haciendo comportamientos extraños, no son científicos-lobo, sólo están estudiando cómo funciona nuestro cerebro.
Fuentes | MIT Technology Review, MIT