¿La ciudad es un ser vivo?
Si hoy en día analizamos qué relación existe entre las ciudades y el medio ambiente que las rodean, seguramente diremos que es una realidad muy descompensada porque lo único que hacen las primeras al entorno natural es dañarlo.
Durante mucho tiempo, los estudios de ecología se han centrado en ver a las ciudades dentro del sistema planetario como a fuera del medio ambiente, pero desde hace poco se viene desarrollando un concepto llamado metabolismo urbano, que va a ser muy interesante para el futuro tanto inmediato como a medio y largo plazo.
¿Las ciudades tienen metabolismo?
Puede parecer una contradicción, porque podemos pensar que la palabra metabolismo, se ha de referir a un ser vivo, que nace, crece, se reproduce y muere, y siendo la ciudad algo inerte, en un principio sería una idea que no encajamos fácilmente.
Según un artículo publicado recientemente en la revista Journal of Industrial Ecology (que hace una recapitulación del metabolismo urbano), con este metabolismo se refieren a los procesos de intercambio que se producen en las ciudades, donde se transforman materiales brutos, energía y agua dentro del medio ambiente construido, la biomasa urbana y el gasto general.
La idea se va a enfocar desde el punto de vista de la ciudad como un ecosistema, los materiales y flujos de energía dentro de la ciudad, relaciones económico – materiales dentro de una urbe, y entre ésta y los poblados, todo con el fin de ver la ciudad a través de nuevas visiones de relaciones socioecológicas.
Ciudades a la luz de la ecología
Ha habido dos formas de comparar a una ciudad con una entidad biológica:
En primer lugar entendiéndola como un modelo ideal de metabolismo en base a lo cual se podría diseñar un plan de desarrollo urbano sostenible a través de una mímica de los ecosistemas naturales dirigida por la ingeniería civil planteando el transporte, alimento, gastos, energía, agua y comunicaciones.
En segundo lugar como un parásito del medio ambiente que la rodea, ya que aunque produce su propia comida, daña una amplia región que la rodea, a través de polución del agua, aire y otro tipo de recursos.
El segundo concepto o forma de ver a las ciudades, a la luz de la ecología, es el que hay que erradicar por completo, porque se deja completamente de lado la opción de la sostenibilidad. No se trata de que el ser humano se aisle de los ecosistemas en los que habitamos, sino que al formar parte de él y para hacer más sostenible una ciudad, nos tenemos que meter dentro de la ecuación. La ecología desde siempre se ha centrado en vernos ajenos al sistema, no estando dentro del mismo.
Medio ambiente como modelo a seguir
Tomando los sistemas naturales como modelo, la autosuficiencia se ve como una de las características más importantes de un metabolismo sostenible, las ansiadas ciudades sostenibles, que consistiría en reducir la dependencia de un entorno más amplio de extracción de recursos o de residuos finales. Esto nos llevaría a cambios en las formas de producción y de consumo, reduciendo el impacto del ser humano sobre el medio natural.
Además otro punto interesante de ver a las ciudades desde una perspectiva ecológica, sería el de tender hacia una mayor equidad entre las zonas rurales y las ciudades. Las áreas urbanas siempre han demandado gran cantidad de recursos de la periferia, contribuyendo a una injusticia estructural entre el núcleo urbano y la periferia en todo el sistema económico mundial.
Actualidad en el metabolismo urbano
Lo que hemos mencionado hasta ahora son puntos novedosos a seguir dentro de la sostenibilidad de una ciudad, pero como dice el refrán, hechos son amores y no buenas razones, hay que ver si hay avances.
Un concepto muy novedoso surgido hace poco tiempo es el de las smart cities o ciudades inteligentes, que vendrían a ser aquellas ciudades que aplican las TIC (Tecnologías de la Información y las Comunicaciones) en la misma ciudad con el objetivo de proveerla de una infraestructura que garantice un desarrollo sostenible, un incremento de la calidad de vida de sus ciudadanos, una mayor eficiencia de sus recursos (de tipo humano como energético) y una mejor participación ciudadana.
En España hay algunos proyectos que son realidad en el ámbito de las smart cities como son Barcelona, Málaga, Valladolid, Baracaldo próximamente. Es un punto muy interesante de partida para que el ser humano no esté aislado del medio ambiente que le rodea, sino dentro del mismo, interactuando de una forma mucho más sostenible de lo que lo ha hecho en toda la historia.
Fuentes: Journal of Industrial Ecology y Smart City de Barcelona
Imagen: Noticias Bancarias