La cara oculta del Mobile World Congress
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Aunque el título suene un poco a crítica ácida, nada más lejos de la realidad. Habrá alguna crítica, por supuesto, pues en Omicrono nos caracterizamos por decir verdades y ser subjetivos, que para objetividad podéis encontrar miles de notas de prensa, todas iguales entre ellas. Pero hoy os hablaré de lo bueno, y también de lo malo.
Para empezar, como redactor de Omicrono, este año ha sido el primero en el que he tenido la oportunidad de acudir a un MWC (para los que ya me conocéis, sabréis que suelo escribir mucho más en el blog hermano de Omicrono, en MedCiencia). Y en apenas un día que he tenido la oportunidad de estar por allí, he podido ver muchísimas peculiaridades, anécdotas, cosas que me han gustado, y alguna que otra cosa que no.
MWC: Un lugar enorme de alta tecnología, lleno de “juguetes”
Para empezar, llegar a un MWC te deja con la boca abierta. Todo lo que ves es novedad, o alguna que otra cosa ya conocida pero de la que apenas sabíamos nada, hasta que llegas allí.
Empiezas a mirarlo todo y, cuando ya vas cogiendo confianza al sitio, empiezas a tocar. Nos dan la oportunidad de tener entre las manos los móviles que a veces se sabe cuando saldrán, y otras veces ni siquiera saben si podrán verse este mismo año (e incluso algunos nunca pisarán nuestro país después de terminar el MWC). Es una sensación fantástica, y la verdad es que te lo pasas de maravilla, la comparación ideal sería la de sentirse como un niño en una gran sala llena de juguetes, todos para ti. La parte mala es que es enorme, y no te da tiempo a verlo todo, al menos no en un solo día como tenía yo.
El obstáculo de ser tantísimos para ver lo mismo
Ser muchos periodistas y redactores en un evento como el MWC tiene sus ventajas y su inconvenientes. Como ventaja, conoces a muchísima gente nueva, y todos (al menos en mi caso) suelen estar dispuestos a echarte una mano o explicarte lo que sea. Pensándolo bien, todos vamos a lo mismo: a disfrutar del congreso y enseñárselo a nuestros lectores.
Pero, como en todo evento multitudinario, también tiene sus partes “malas”. Tan solo el hecho de ser mucha gente ya es un punto en contra en muchos sentidos, pues a veces te sientes agobiado entre la multitud, o no encuentras sitio en la sala de prensa (en apenas un día he llegado a ver auténticos colapsos, toda la sala llena de portátiles, tablets y miles de smartphones).
Y, por otra parte, las presentaciones. Como digo, somos muchos, y todos intentamos hacer fotos, grabar vídeos, hacer demos de prueba… Todos buscamos congratular a nuestros lectores y seguidores, y si es pronto, mejor. Pero eso conlleva muchos obstáculos, el primero es intentar llegar y pillar un buen sitio, y el otro es buscar una demo, buscar que las empresas tengan un hueco para ti. Es posible, y lo hemos conseguido con varias empresas, pero no por ello deja de ser complicado. No quiero buscar con esto que valoréis más o menos nuestros post sobre el MWC y el trabajo que lleva hacerlos, simplemente busco que sepáis en que consiste la realidad.
Las barreras idiomáticas, algunas faltas de explicaciones y exceso de spam
Como punto final, para mi, me gustaría hablar de la barrera idiomática. Esto es más personal, porque realmente como redactor mi nivel de inglés debería ser bastante mejor, pero de momento se me da bien leer ese idioma, pero tener una conversación fluida como se necesita en eventos de este tipo, ya es otra historia. Afortunadamente muchos compañeros de Omicrono me ayudaron con esto (repito, fallo personal que debo corregir), y fue mucho más llevadero.
Por otra parte, me gustaría hablar del tema de l@s azafat@s. Realmente, después de lo que he podido informarme, no es culpa suya, sino del congreso en si.
Lo que nos sucedió en reiteradas ocasiones es que, como buenos redactores, buscábamos saber todo lo posible sobre los diferentes productos de la feria. Y claro, a las primeras personas que ves dando la cara son a las azafatas, que realmente no suelen saber ni la mitad que tu sobre el tema (nos hemos informado, y por lo visto hasta poco tiempo antes del congreso ni siquiera saben con que empresa les tocará trabajar, por tanto es complicado que se informen sobre los aparatos presentados).
Por último está el tema del spam. En el MWC hay hasta 9 halls de congresos, es fácil decirlo, pero cada uno de estos hall es enorme, y por supuesto están llenos de diferentes empresas (algunas más grandes como Samsung, Huawei o Sony ocupan una barbaridad de espacio, pero otras más humildes no). Y claro, todas ellas te mandan su publicidad y notas de prensa para que les visites o sepas de ellos. Esto, al final, es un exceso brutal de spam en los correos de los periodistas. Por una parte me parece estupendo que quieran darse a conocer, pero claro, desde el punto de vista del redactor al final es un agobio y acabas borrando dichos correos de forma casi automática porque te agobias.
Y con esto acabo por hoy, espero que os quedéis sobre todo con la buena experiencia que os he querido transmitir, que sepáis todo el trabajo que hay detrás y la alegría que nos da poder ir a este tipo de eventos y mirar y tocar absolutamente todos los dispositivos que se presentan, pero también que veais que todo tiene sus partes buenas, y por supuesto también partes malas.