Las 5 razones por las que NO deberías estudiar Medicina
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No os dejéis engañar por el título, la carrera de medicina es preciosa (sino, no existirían blogs como el que estáis leyendo). Pero tiene sus cosas, como todas imagino, y destaca sobre todo por su duración (es la única carrera de 6 años, al menos en España). Por ello, no consideréis las siguientes razones como un intento de acabar con vuestros sueños, asustaros o como una crítica (ahora mismo pienso en uno de nuestros lectores, Bichoverde, que está pensando seriamente elegir esta carrera, ¡mucho ánimo desde aquí!).
Como ya sabréis, Débora y yo aún estamos acabando la carrera, solo nos queda un año, por lo tanto, tras cinco años, ya tenemos (más o menos) una opinión sobre esta carrera de obstáculos que es la medicina. Así pues, allá van las 5 razones por las que NO deberías estudiar medicina.
1. Serás un aprendiz de por vida
Si piensas que con los seis años de carrera y los cuatro o cinco de especialidad está todo dicho, te equivocas. En medicina NUNCA se deja de aprender, ni siquiera puedes decir que dos más dos son cuatro, porque a lo mejor hoy es así, y el año que viene diferentes estudios te dicen que te has equivocado.
Por tanto, hay que estar muy mentalizado de que es una carrera para aprender constantemente, esto nunca se acaba, y nunca es igual (que, por otra parte, es una de las cosas bonitas de la carrera, y otra de las razones de que exista MedCiencia: siempre estás aprendiendo).
2. Exceso de burocracia y competencia
Sin temor equivocarme, diría que la carrera de medicina es una de las que más competencia exige a sus estudiantes (por ejemplo, con el uso de la Campana de Gauss para aprobar un examen, o por el legendario MIR). Y eso son quebraderos de cabeza, exigencias y estrés por todas partes.
Por otra parte, con su elevado número de asignaturas (créditos universitarios) y su duración, también implica mucha burocracia y obstáculos administrativos por todas partes. Toca aguantar el tipo y no acabar matando a nadie del personal administrativo (cuesta, pero hay que ponerle voluntad, no sea que acabemos en la cárcel por asesinato tras aguantar toda la carrera…).
3. Trabajo en equipo
Si eres de los que te gusta trabajar en solitario o por libre, la medicina no es tu mejor opción. En esta carrera saber trabajar en equipo es primordial, ya sea para los trabajos en grupo de la universidad o a la hora de ejercer tu trabajo como profesional, porque cada una de las ramas de la medicina acaban cruzándose entre si, y siempre hará falta que te ayude algún compañero (o viceversa).
Además, también hay que tener en cuenta que tratarás con pacientes, los cuales pasarán por diferentes especialidades en más ocasiones de las que nos gustaría.
4. Enfermedades y tratamientos
Para entrar en medicina deben gustarte las enfermedades y querer aprender como se tratan. Con gustarte no me refiero a que te guste estar enfermo, claro, sino que te guste saber como funcionan, que producen, qué síntomas darán, como diagnosticarlas… Y, por supuesto, debe gustarte saber como curar, pues el objetivo final de la medicina es ese: curar.
Eso si, hay que tener en cuenta que los libros son eso, libros, y prácticamente nunca te encontrarás a un paciente que cumpla al 100% todos los criterios que aprendes en la carrera a base de siglas y multitud de información (hoy en día me pregunto cómo somos capaces de aguantar tantos datos en la cabeza). En la carrera se aprenden muchos datos de memoria, pero cuando se empieza a trabajar casi nunca se parece a lo que hemos memorizado, ya que tratamos con pacientes y no con simples datos.
5. Sacrificar parte de tu vida
La parte buena de la carrera es que al terminarla tienes muchas formas de elegir como hacer tu trabajo, ya sea a tiempo parcial o completo, trabajando para el estado o por privado, y además suele estar bien pagado (digo suele, porque con los recortes, vaya usted a saber cuanto se cobra ahora… Yo prefiero no saberlo hasta que llegue ese día).
PERO, por supuesto, este tipo de libertad y buen sueldo tiene su otra cara de la moneda: la carrera. Si, la parte más dura de ser médico es la preparación, esos temidos seis años donde tienes que sacrificar (en demasiadas ocasiones) tu tiempo de vida personal, decir no a algunas fiestas con tus amigos, pasarte las navidades estudiando, y así muchas otras cosas que no nos gustan. Es el precio a pagar, pero el futuro lo acaba compensando (o eso dicen).
Estas son las 5 razones, pero no nos equivoquemos, pues la Medicina es muy bonita. Yo, sinceramente, no me arrepiento para nada de haber elegido esta carrera (aún sigo recordando cuando recibí el aviso en junio de 2008 cuando me concedieron la plaza, casi no me lo creía). Por ello, si estás de acuerdo con todos estos “requisitos”, puede que SI, que tu futuro sea estudiar medicina.