Caballitos de mar, la nueva inspiración de los ingenieros
Una cola articulada y flexible ha sido la fuente de inspiración
Los caballitos de mar o hipocampos son unos curiosos tipos de pez con el cuerpo cubierto por una armadura y en vez de aleta anal tienen una cola prensil que utilizan, por ejemplo, para enrollarse a las algas y soportar las corrientes. Aprovecho también esta entrada para deciros que hace muchos años el Mar Menor, en Murcia, estaba plagado de estos animalitos y por culpa de la irresponsabilidad del ser humano, por querer tener uno colgado en la pared, ya no queda prácticamente ninguno. De hecho, este grupo de peces se encuentra en peligro de extinción.
Antes de darse cuenta de que el caballito de mar era el animal en el que debían basarse también pensaron en otros animales similares como armadillos, caimanes y otros tipos de pez. Finalmente, descubrieron que la estructura de la cola del caballito de mar era lo que buscaban.
La cola del caballito de mar está formada por 36 piezas en forma cuadrada y cada pieza se compone a su vez de 4 bisagras que se deslizan entre sí hasta comprimirse a la mitad de su tamaño original. En la fotografía de portada se puede ver este movimiento de compresión.
El siguiente paso es crear placas óseas artificiales creadas con polímeros que actuarían a modo de músculos. El objetivo final del proyecto es construir un brazo robótico que sería un híbrido entre dispositivos duros y blandos que podrá ser utilizado en operaciones quirúrgicas, exploración submarina, detección de bombas no tripuladas y detonación.
Por último, termino esta entrada con una frase de uno de los investigadores que me ha encantado y que es aplicable a otros muchos aspectos de la vida: “Todo en la Biología se reduce a las estructuras“.
Fuente: Universidad de San Diego