Café, te, bebidas energéticas...¿consumimos demasiada cafeína?
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Muchos somos los que empezamos la mañana con una buena taza de café. Más tarde, durante la mañana, podemos hacernos alguno que otro más. El café de después de comer es todo un clásico y no se perdona. Por la tarde podemos hacernos un té y antes de ir a practicar un poco de deporte muchos son los que se toman una bebida energética. Además de que, pese a sus marcados efectos adversos, muchas son las personas que acompañan las comidas principales con refrescos de cola.
Es por todo esto que organismos oficiales en EEUU están investigando la seguridad de la cafeína preocupado por el “efecto acumulativo” de este estimulante, cada vez más presente en múltiples bebidas e incluso snacks como barritas o chicles.
Según la revista New Scientist, la cafeína es la “droga psicoactiva” más popular del mundo y se calcula que en Estados Unidos, más del 90% de la población la consume todos los días. Es por ello que se empiece a cuestionar si realmente es necesaria su adición a tantos productos.
Por su parte, la Food and Drugs Administration (FDA) ha emitido este mes un comunicado en el que destaca el “lamentable ejemplo” de los chicles con cafeína (de la marca Wrigley, los cuales tenían tanta cafeína como media taza de café) y asegura estar estudiando las bebidas energéticas con una alta concentración de cafeína. No en vano, hace poco asistimos a una polémica por la muerte de un adolescente debido, supuestamente, a la ingesta de 2 latas de bebida energética.
Pero no todo son palos a la cafeína. Ya nos hemos hecho eco en varias artículos de sus posibles beneficios (mejoras en el rendimiento deportivo, posibles mejoras en la sintomatología del Parkinson, disminución de los accidentes de tráfico…) y de como en los últimos años el café ha pasado de villano a héroe al encontrarse que un consumo moderado no aumenta el riesgo de muerte por cualquier causa e incluso puede estar relacionado con un menor riesgo de diabetes tipo 2.
Teniendo, por un lado, posibles ventajas del consumo moderado de cafeína y por otro, un creciente número de productos con esta sustancia estimulante, no es extraño que la FDA se haya propuesto determinar el nivel seguro de ingesta de cafeína.
“Aunque a dosis moderadas la cafeína no parece tener efectos adversos, muchas personas no son conscientes de la cantidad que están tomando. Y una ingesta excesiva sí podría crear problemas como insomnio, indigestión o presión arterial alta” comenta Lynn Goldman, decano en la George Washington University.
El problema con el intento de regular la cafeína, es que no afecta a todo el mundo por igual. Hay diferencias en la fisiología y metabolismo de cada persona, por lo que parece complicado establecer un límite “seguro” que funcione para todos las personas.
Siendo así, cada persona debe convertirse en su “propio científico” y evitar consumir demasiada cafeína teniendo en cuenta que podemos encontrarla en múltiples productos como el café, el té, el chocolate, las bebidas de cola, las bebidas energéticas y múltiples productos destinados a “aumentar la energía” o mejorar el rendimiento deportivo.