En pleno cambio generacional del mundo de las videoconsolas, se cruza un interesante proyecto que podría abrir un nuevo abanico de posibilidades en nuestros juegos favoritos. Una brillante idea que propone añadir otro nivel más de interacción, y que tiene el potencial suficiente como para marcar un antes y un después en el mundo de los videojuegos. Hablamos del biosensor PIP.

PIP (Personal Input Pod) es el nombre que la compañía irlandesa Galvanic utiliza para referirse a su prometedor gadget. Se trata de un biosensor que tiene la capacidad de registrar el grado de estrés al que estamos sometidos en tiempo real. Tan solo necesitamos sujetar el gadget con forma de lágrima entre los dedos índice y pulgar, para enviar nuestro nivel de estrés vía Bluetooth a cualquier dispositivo.

Su funcionamiento es muy sencillo: cuando nos encontramos en una situación comprometida, nuestro cuerpo reacciona con determinadas respuestas, como la aceleración de nuestras pulsaciones. Esta reacción, suele venir acompañada por un ligero aumento de sudoración, imperceptible en la mayoría de los casos, pero suficiente como para cambiar la conductividad de la piel, también llamada respuesta galvánica de la piel (GSR). Y este factor, la respuesta galvánica, es el que utiliza el PIP para registrar nuestro nivel de estrés.

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Como cabría esperar, Galvanic ya tiene su proyecto registrado en Kickstarter, y mientras escribo estas líneas, tan solo tiene recaudado poco más de un 10% del dinero que necesitan para hacer despegar el PIP. Para ser uno de los primeros en recibir una unidad (early birds) debemos aportar al proyecto un mínimo de 79 dólares, a los que habría que sumarle otros 20 dólares en concepto de gastos de envío (si este se realiza fuera de EEUU), con fecha aproximada de entrega allá por febrero de 2014. Y qué queréis que os diga, es un comienzo…

Personalmente no estoy muy seguro de que PIP en sí mismo vaya a tener un éxito tal como para revolucionar ningún mercado, a pesar de los tres o cuatro juegos oficiales que Galvanic propone en su web oficial. Como dije al principio de este post, es la idea que hay detrás de PIP, lo que realmente podría llegar a revolucionar la forma en que jugamos.

La propuesta es bien sencilla: un mando de PS4, Wii U o Xbox One con biosensores, juegos en los que nuestro nivel de estrés marque una diferencia notable en la jugabilidad. Pensad en las posibilidades: armas que tiemblan en tus manos, reacciones de los personajes no jugadores… Decisiones en función de tu capacidad para afrontar una determinada situación. ¿Y si sumamos Kinect u Oculus Rift a la ecuación?