Tecnología

La ciencia necesita tu ordenador para realizar nuevos descubrimientos

5 julio, 2013 09:02

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Cada vez está más claro lo importantes que las energías renovables serán en el futuro de la humanidad. Por ejemplo, la energía solar es fácil de obtener y puede ser clave en el desarrollo energético en países del tercer mundo, ya que muchos de ellos tienen un clima soleado.

En la actualidad para recoger la luz solar y transformarla en electricidad las placas solares hechas de silicio son las más eficientes, (con aproximadamente un 15% de eficiencia) pero realmente dan poco juego a la hora de desarrollar nuevos usos, ya que son rígidas y algo pesadas. Si queremos construir un toldo que actúe de placa solar o incluso prendas de ropa con paneles solares necesitamos investigar otro tipo de materiales.

En la Universidad de Harvard, el equipo de Alán Aspuru-Guzik ha logrado obtener una lista de materiales capaces de actuar como una placa solar, y no solamente están los compuestos de silicio actuales, sino que también se incluyen compuestos desconocidos hasta ahora. Para hacer la lista se han analizado las propiedades de 2,3 millones de compuestos químicos, 1000 de los cuales pueden actuar como placas solares con un rendimiento superior al 10%. Otros 34000 compuestos tendrían un rendimiento ligeramente menor y el resto no serían de mucha utilidad. Estos compuestos tienen propiedades muy diferentes entre sí y abren un mundo de posibilidades. Seguro que alguno de ellos puede servir para crear unos pantalones que actúen de placa solar y te permitan cargar el móvil sobre la marcha, por ejemplo.

Lo curioso es que para lograr esta lista no se ha “tocado” ningún compuesto químico. Los investigadores crearon ecuaciones matemáticas que podían predecir la capacidad solar de un compuesto químico determinado conociendo únicamente su estructura y composición. Una vez obtenidas, las ecuaciones se aplican a todos los compuestos químicos que puedan existir en el universo. En este caso concreto se centraron en los compuestos de carbono y silicio, que son más baratos, así que analizaron “solo” 2,3 millones de posibilidades.

Para un ordenador normal, hacer los cálculos de cada compuesto químico existente es un proceso muy lento, pudiendo llegar a tardar varios años, incluso procesando las 24 horas al día, y normalmente el ordenador acabaría recalentándose y apagándose. Por eso muchas veces cuando se quiere hacer un cálculo especialmente complejo y largo como este se usan superordenadores, normalmente formados por grupos de ordenadores conectados entre sí para aumentar su potencia de cálculo (y aun así el cálculo tarda meses, pero al menos no se funden).

En el campo de la química de materiales se están elaborando listas de todos los compuestos existentes que tienen alguna capacidad determinada. Para hacer estas listas usan superordenadores como los que hemos comentado, sin embargo, para esta lista de posibles placas solares se ha usado otro método diferente: ordenadores personales de gente anónima.

Eso es debido a que Molecular Space, el nombre de este proyecto, es un caso de crowfounding informático. Al registrarte en la pagina puedes descargar un programa que realiza los cálculos de uno de los compuestos posibles mientras no usas el ordenador, para después mandar los resultados al ordenador central. La manera de obtener la lista es idéntica a la que se obtendría del superordenador, pero en este caso el superordenador esta compuesto de miles de ordenadores personales que quieren aportar su granito de arena. De este modo se obtiene un superordenador colectivo más poderoso y barato que cualquier superordenador que se pueda fabricar actualmente.

Si no has participado en este proyecto hay otros trabajos similares que están en desarrollo, por ejemplo en World Community Grid tienen varios proyectos en los que puedes ayudar. Ni notarás la existencia del programa, ya que solo se activa con el ordenador inactivo. Atrévete a poner tu granito de arena a la ciencia, quizá los próximos pantalones de placas solares se inventen gracias a ti.

Fuente | Popular Science