¿Ejercicio físico en una píldora? El empeño en conseguirlo continúa
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Recientemente se ha publicado un estudio que podría tener importantes repercusiones en la medicina, aunque también en los deportistas que buscan atajos o vías rápidas. Y es que, esta investigación parece dejar a la interpretación que se podría obtener una píldora que ofreciera los beneficios del ejercicio físico sin tener que sudar la camiseta. Hecho que lleva a replantearse si realmente puede ser una medida eficaz y si está justificado el empeño en conseguir la “pastillita mágica” que nos ofrezca ventajas del ejercicio sin esfuerzo alguno.
El estudio, llevado a cabo en el Instituto Pasteur de Lille (Francia), ha sido publicado esta misma semana en el journal Nature Medicine. En esta investigación se ha descifrado, mediante experimentos realizados en roedores, el papel de la proteína Rev-erb-α en la capacidad de los músculos para consumir oxígeno y producir energía. En esencia, se ha hallado que si se aumenta la expresión en los músculos de esta proteína (la Rev-erb-α) se consigue aumentar el número de mitocondrias (los “hornos” de las células que queman las grasas para producir energía) aumentando así la capacidad respiratoria de la célula y por tanto el rendimiento. De hecho, los roedores pudieron correr “significativamente una mayor distancia y mantener ese esfuerzo durante más tiempo”.
En el polo opuesto, también se ha constatado que la falta de esta proteína en los músculos hace que los ratones corran más lentos y durante menos tiempo.
Lo realmente significativo de estos hallazgos, es que estos cambios se han conseguido mediante la administración de lo que puede ser un candidato a fármaco: el SR9009. Que actúa aumentando la actividad de la proteína Rev-erb-α.
“El SR9009 parece actuar como un imitador del ejercicio. Por tanto no sería inconcebible que en un futuro este compuesto pudiera permitir a la gente, especialmente aquellas personas incapacitadas o que no pueden ejercitarse de forma alguna, disfrutar de los beneficios del ejercicio físico sin tener que practicarlo“, comenta Thomas Burris, co-autor del estudio.
No obstante, ese momento aún parece bastante lejano pues todavía hay muchas cuestiones que resolver. Por ahora, todavía desconocemos si sería posible aumentar los niveles de REV-ERB en personas sanas y si se consiguiera, faltaría por ver qué efectos secundarios imprevistos podría tener.
Lo que también se intuye que de acabar utilizándose este compuesto, podría abrirse las puertas a que atletas lo utilizaran de forma fraudulenta para mejorar el rendimiento. De hecho, el Dr. Burris bromea diciendo que “otros científicos que investigan sobre medicamentos para aumentar el rendimiento físico me han advertido que no me extrañe si recibo algunas llamadas telefónicas extrañas” .
Lo que debe quedar claro es el mensaje que el propio Dr. Burris lanza:
“Es posible que haya un montón de personas que prefieran tomar una píldora a tener que correr a pocos kilómetros. Pero el objetivo fundamental de nuestra investigación es ayudar a los que no pueden realizar ejercicio, no a aquellos que se niegan a realizarlo. Porque el ejercicio físico tiene grandes beneficios para la salud y ningún fármaco puede recrearlos todos”
Queda claro, pues, que buscar la pastilla mágica que nos mantenga sanos, fuertes y guapos sigue sin ser la solución, por mucho que algunas personas o los anuncios de la teletienda se empeñen.