Expertos afirman que la adicción al sexo NO es una enfermedad
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Desde hace años existía bastante controversia acerca de si la hipersexualidad (o adicción al sexo) podría considerarse un trastorno mental como tal o si realmente era otra cosa, sin ni siquiera llegar a catalogarse como enfermedad real. El asunto es que dicho estado de hipersexualidad no ha pasado los filtros del nuevo DSM-5 (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), la biblia de las enfermedades mentales que se usa en Estados Unidos y que acaba de renovarse (en Europa se usa el CIE-10, aunque particularmente a mi me gusta más el DSM). Pero no solo se queda ahí, ya que tampoco podemos confiar 100% en lo que dice un manual actual, pues el mismo DSM ha tenido que cambiarse en otras ocasiones (en el anterior DSM-3 se consideraba un trastorno mental a la homosexualidad, y en el DSM-4 el Síndrome de Asperger era un tipo de autismo, cosa que ya no es considerada así en el DSM-5). Resulta que unos investigadores de UCLA han llevado a cabo un estudio que acaba de rizar el rizo.
La investigación, publicada en la revista Socioaffective Neuroscience and Psychology, ha consistido en medir el comportamiento cerebral en las denominadas personas hipersexuales, que supuestamente tienen problemas de regulación visual delante de imágenes sexuales. En dicho estudio se detectó que la respuesta de estas personas a dichas imágenes no estaba relacionada de ninguna manera con la gravedad de su hipersexualidad, sino que solo había una relación con su alto nivel de deseo sexual.
Es decir, la hipersexualidad no puede explicar las diferencias cerebrales en relación a la respuesta sexual, sino que simplemente hay un exceso de libido. Así lo comenta Nicole Prause, investigador del Departamento de Psiquiatría del Instituto Semel para la Neurociencia y el Comportamiento Humano de UCLA:
“Esto es un hallazgo importante. Es la primera vez que los científicos han estudiado las respuestas cerebrales de aquellas personas que se identifican con problemas de hipersexualidad”
Hasta este momento el diagnóstico de hipersexualidad o adicción sexual se asociaba con aquellas personas que tienen impulsos sexuales incontrolables y que se involucran con frecuencia en conductas sexuales, sufriendo diversas consecuencias en su vida diaria: divorcio, ruina económica y un largo etcétera, a raíz de su incontrolable conducta, la cual no son capaces de reducir.
Pero, según Prause y los demás investigadores, estos síntomas no serían suficientes para representar una adicción, ya que sentir deseo sexual no es patológico y un libido elevado también podría explicar todo este conjunto de problemas.
Para detectar si hay diferencias se puede medir la respuesta cerebral a los estímulos sexuales. Si existe hipersexualidad, la respuesta a dichos estímulos se estará más elevada, de la misma forma que los adictos a la cocaína reaccionan con una sobreestimulación delante de imágenes de la droga.
En el estudio participaron 52 voluntarios (39 hombres y 13 mujeres de 18 a 39 años) que decían tener problemas con su autocontrol delante de imágenes sexuales. Se les estudio mediante un electroencefalograma, una técnica no invasiva de medida de las ondas cerebrales y la actividad eléctrica neuronal.
“A los voluntarios se les mostraron una serie de fotografías que evocaban sensaciones agradables o desagradables, incluyendo imágenes de cuerpos desmembrados, personas preparando alimentos o haciendo esquí, y por supuesto imágenes sexuales. Algunas de estas imágenes sexuales eran románticas y otras eran de sexo explícito entre un hombre y una mujer”
Los investigadores esperaban que los voluntarios respondieran con un repunte de la llamada respuesta P300 (la respuesta cerebral tras 300 milisegundos después de ver una imagen) como ocurre en otras adicciones, pero la realidad fue que dicha respuesta no se relacionaba con las mediciones hipersexuales en absoluto, no había picos ni declives, ni relación alguna. Es decir, que no podían catalogar la hipersexualidad como una adicción, sino como un “simple” exceso de libido.
“La respuesta cerebral solo se relacionaba con la medida del deseo sexual. Es decir, la hipersexualidad o adicción al sexo no parece explicar las respuestas que tiene el cerebro delante de imágenes sexuales más allá del hecho de tener una libido alta”
De momento estos son los resultados, pero ya sabéis que a medida que profundizamos en las investigaciones de un campo u otro, las cosas pueden cambiar mucho. Veremos como acaba este debate.
Vía | Science Daily.