Cuando Google compró Motorola, la pregunta que todos los aficionados nos hicimos fue: ¿para cuándo el primer teléfono fabricado por Google? Ya teníamos la gama Nexus, pero esta siempre ha sido una coalición con diversos fabricantes para tener una referencia para cada nueva versión de Android, y nunca un dispositivo diseñado para competir en el mercado (aunque eso no significa que no se vendiesen, y mucho). No, lo que muchos querían era un smartphone “oficial” de Google, que juntase el buen hacer de Motorola con los ingenieros de Android para crear el dispositivo definitivo. Hoy, por fin se ha anunciado oficialmente el Motorola Moto X, y probablemente sorprenderá a mas de uno.

Porque el Moto X no es un smartphone Google, sino que sigue siendo un dispositivo Motorola de arriba a abajo. Es cierto que hay muchos detalles que recuerdan a la compañía de Mountain View, pero en ningún momento toman el protagonismo. Motorola ha hecho algo mas que poner una versión stock de Android, y la ha modificado y añadido varias funcionalidades adicionales que marcarán la diferencia, tanto respecto a los Nexus como al resto de fabricantes.

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En el hardware, el Motorola Moto X cuenta en el procesador con su mayor baza. Se trata del nuevo X8 Mobile Computing System, el nuevo sistema de la compañía que pretende luchar de tú a tú contra alternativas como las de Qualcomm o Samsung. Y lo hace con un concepto interesante. En vez de hacer que el sistema organice la carga, o dividirlos por potencia como hace el Exynos Octa de Samsung, el X8 divide los núcleos por tareas. Hay dos núcleos Krait de un Snapdragon S4 Pro dedicados al procesamiento de aplicaciones, uno para computación contextual (poner en orden al resto), y el último para procesamiento de lenguaje natural.

Y es que el Motorola Moto X se puede controlar sin necesidad de usar los dedos, simplemente con nuestra voz. Podemos configurar el sistema para que siempre permanezca a la escucha de nuestras órdenes, de ahí la necesidad de un procesador dedicado en exclusiva para estos menesteres. En lo que respecta al resto del hardware, el Moto X cuenta con una pantalla de 4.7 pulgadas con resolución 720p, 2 GB de memoria RAM, 16 GB o 32 GB de almacenamiento disponibles según la versión, y una batería de 2200 mAh.

En el apartado de fotografía, cuenta con una cámara de 10 megapíxeles con tecnología Clear Pixel para crear imágenes mas nítidas y sin movimiento. En la parte delantera la cámara es de 2 MP y ambas pueden grabar vídeo a 1080p. En cuanto a conectividad, no le falta de nada, desde NFC hasta Wifi, pasando por Bluetooth 4.0 y vídeo sin cables por Miracast.

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El Motorola Moto X se anuncia como “diseñado por ti”. Esto significa que no solo se puede elegir el color de la carcasa, sino que las posibilidades de personalización llegan mucho mas allá. Podemos cambiar desde los elementos frontales y traseros de la carcasa, hasta añadirle una frase grabada. Y aquí es donde tenemos que hablar del mayor punto negativo del Moto X: que solo está disponible en EEUU, al menos por el momento. La compañía asegura que el lanzamiento en otros países está en la agenda, pero teniendo en cuenta que en algunos (como en España) la compañía cerró sus puertas, nos cabe la duda de que muchos de nosotros lleguemos a conseguir alguno. El precio de venta en EEUU es de 199 dólares con contrato, entre 575 y 675 sin él.

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Como vemos, el Motorola Moto X no es un dispositivo Google, pero tampoco sería justo decir que se trata de un modelo que Motorola hubiera lanzado si su venta no se hubiese producido. Es una curiosa amalgama de ambas compañías, que es lo suficientemente independiente de Google como para no romper el mercado, pero al mismo tiempo con las suficientes novedades propias y apoyo como para convertirse en una de las mejores alternativas que tenemos los usuarios de Android. Si podemos comprarlo, claro.

Fuente | Moto X