La cura de la malaria ya es casi una realidad
Hay enfermedades tan letales como perjudiciales que a lo largo de este último siglo se han encontrado vacunas y defensas que han conseguido que lo que antes era mortal pase a ser un mero resfriado o unos días de cama. Aún así, siguen existiendo otras las cuales no se encontraron curas como es el caso de una enfermedad tan histórica como la malaria, con una edad de 50.000 años.
Para hacernos una idea de esta enfermedad que es transmitida a través de mosquitos, la malaria infecta a más de 200 millones de personas cada año y de estas 660.000 murieron por esta causa en el 2010. Esta enfermedad actúa principalmente en países subdesarrollados, especialmente en África (Tanzania, Kenia, etc).
Sin embargo, hay un rayo de esperanza de que la malaria (del italiano medieval «mal aire») o paludismo (latín palus, «pantano») sea una enfermedad curable en un futuro no muy lejano. Y es que una vacuna experimental, bajo el nombre de PfSPZ, está siendo una joven promesa después de demostrar y observar que era capaz de bloquear la enfermedad en los primeros ensayos clínicos realizados según un estudio de la revista Science.
El estudio de la vacuna se compuso de un grupo de estudio de más de 36 personas en una serie de dosis variables. Seis personas, las cuales se les ofreció cinco dosis completas de la vacuna no fueron infectados por esta enfermedad cuando se les expuso a la misma alcanzando ya el primer record y esperanza al ser la primera vez que una vacuna alcanzaba el 100% de efectividad en un ensayo.
Otras nueve personas recibieron cuatro dosis de la vacuna de las cuales tres fueron infectadas. Aunque para seguir trabajando en la mejora y seguir observando si la vacuna es igual de efectiva así como los efectos secundarios que pueda tener, el objetivo es conseguir hacer más pruebas en individuos. Uno de los primeros problemas que nos podemos encontrar es que para su suministro es mediante vía intravenosa, esto hace que no sea fácil su implantación, en especial en países del tercer mundo donde la malaria es algo habitual.
De seguir a este ritmo y demostrarse su eficiencia podría estar en distribución y en circulación entre el 2017 y el 2018.
Fuente | Science