Los tiburones son una pieza clave en el mantenimiento de los ecosistemas marinos

Hablar sobre tiburones siempre es un tema complicado. No voy a negar que es un animal que impresiona e infunde miedo,  de hecho a mí no me gustaría encontrarme con uno de los grandes de cerca, pero hay que reconocer que ha sido y es un animal muy perseguido, muchas veces por pura ignorancia y otras por una mala fama exagerada.

Piezas fundamentales de los ecosistemas marinos en general

Los grandes depredadores, como los tiburones, son necesarios en las cadenas tróficas porque ayudan a mantener el equilibrio adecuado. Se comen a las especies más abundantes evitando así que se creen invasiones y también se comen a los más débiles o enfermos porque es mucho más fácil cazarlos. Lo que no saben es que le están haciendo un favor al resto de congéneres porque favorecen a la mejora de especie en general.

Piezas fundamentales en los ecosistemas de pastos

El caso de Shark Bay, en Australia, es muy peculiar. Este lugar es el hogar del temido tiburón tigre y es una zona que permanece relativamente intacta a la acción del hombre. Se trata de una bahía tapizada por un lecho marino cubierto de algas de las que se alimentan manatís y tortugas. Los últimos estudios realizados en la zona muestran que este tipo de tiburón no sólo infunde miedo en los humanos sino que los propios manatís y tortugas huyen de él.

A estos tiburones les gusta cazar en aguas poco profundas de la bahía, donde el pasto es abundante, así que para evitar caer en sus fauces evitan esas zonas. Lo que se consigue es evitar el sobrepastoreo de los herbívoros, que el pasto crezca y sea el refugio para peces pequeños y crustáceos que posteriormente los humanos recogemos para comer. Está comprobado que en las zonas en las que los tiburones tigre no son muy abundantes, las poblaciones de peces y crustáceos tampoco lo son.

Piezas fundamentales en ecosistemas coralinos

En los ecosistemas coralinos de, por ejemplo, el Caribe, la desaparición de los tiburones hace que otras especies depredadoras como los meros proliferen y se coman a las especies de arrecife. Los pequeños peces de arrecife tienen la importantísima misión de comerse las algas y a otras especies herbívoras, de manera que se equilibra la batalla por el espacio entre los corales y las algas. Si eliminamos a los tiburones de esta cadena trófica las algas ganan la batalla y los corales acaban muriendo y el ecosistema entero se va al garete.

Fuente: Scientific American, Fordivers.com