Los Trastornos de la Alimentación no son solo cosa de chicas
Hasta hace poco se pensaba que los denominados trastornos de la conducta alimentaria, tales como la anorexia y la bulimia estaban presentes casi exclusivamente en población femenina. O al menos, que su prevalencia entre los hombres era significativamente pequeña. Sin embargo, un reciente estudio señala que la prevalencia de casos entre los hombres esta aumentando así como el riesgo de padecer un trastorno de la conducta alimentaria y a aparecer junto a otros trastornos de consumo de sustancias.
El estudio se realizó con 5.527 varones adolescentes de Estados Unidos, publicado en JAMA Pediatrics, y desarrollado por investigadores del Hospital Infantil de Boston. En este numeroso grupo se encontró que el 17,9 % de los adolescentes varones estaba extremadamente preocupado por su peso y condición física y que esto les hacía más propensos a iniciar conductas de riesgo, como consumir drogas o abusar del alcohol.
Las evaluaciones de los trastornos alimentarios se centran en estudiar las preocupaciones relacionadas con la delgadez y que son un elemento nuclear del trastorno en el caso de las chicas. Sin embargo, no se suele evaluar aquello que preocupa a los chicos y que puede estar más centrado en la musculatura que en la delgadez, por lo que se corre el riesgo de que estos casos no sean detectados. Los investigadores hallaron que los adolescentes preocupados por la delgadez tendían además una mayor tendencia a desarrollar síntomas depresivos. A un total de 2,9 % de los encuestados se le detectó comportamientos completos o parciales de trastorno por atracones, y casi un tercio informó de atracones de comida poco frecuentes, purgas de comida o comidas en exceso.
Estos datos indican la necesidad de llevar a cabo investigaciones centradas en cómo se manifiesta y se viven los trastornos de la conducta alimentaria en los hombres. Estos trastornos, también en ellos son frecuentes, están expuestos a numerosos factores de riesgo (como el culto a la imagen en la sociedad) y además los síntomas pueden verse enmascarados por otros síntomas afectivos, como la depresión o el consumo de sustancias.
Fuente: JAMA Pediatrics, psiquiatria.com