¿Por qué el inglés es el lenguaje internacional de la ciencia?
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Para ser científico es imprescindible hablar inglés, o al menos saber leerlo y escribirlo. Esto es debido a que el 98% de los resultados científicos que se publican en la actualidad se hace en inglés, independientemente del país en el que se produce la investigación. Más de un científico se habrá pasado noches peleando con la gramática inglesa para publicar su resultado y se habrá preguntado: ¿por qué en inglés?. No es el idioma más hablado del mundo (ese es el chino) y curiosamente la causa no tiene relación con Estados Unidos ya que los trabajos se publican por norma en ingles británico. El predominio del inglés en la ciencia responde a razones históricas más profundas.
El primer idioma científico ha sido desde siempre el latín. Muchas de nuestras palabras científicas provienen del latín por este motivo. Todos los científicos anteriores al siglo XVII comunicaban sus resultados en latín, considerándose ésta la lengua del conocimiento común para todos. Esto cambió con la llegada a la comunidad científica de grandes investigadores como Isaac Newton o Galileo, que decidieron publicar sus trabajos en su lengua nativa, en parte para acceder al mayor número de lectores posible, en parte como señal de protesta contra la Reforma Protestante de la Iglesia Católica. Este acto se popularizó y durante los siglos siguientes los científicos presentaban sus resultados en su lengua natal.
Esto empezó a suponer un problema en la comunidad científica, ya que se temía que el progreso de la ciencia se relenteciera debido a problemas de comunicación entre diferentes idiomas. Para evitar esto a mediados del siglo XIX se llegó a un consenso de publicar los resultados en las tres lenguas con más publicaciones científicas hasta ese momento (y que coincidían con los países con mayor desarrollo económico): alemán, francés e inglés. Todo científico de esta época debía manejarse en estas tres lenguas.
El alemán duró poco tiempo como lengua científica de referencia. Durante la Primera Guerra Mundial los científicos de Estados Unidos, Inglaterra, Francia y Bélgica se organizaron en asociaciones científicas que aún perduran hoy en día como la Unión Astronómica Internacional. Debido a los problemas de comunicación durante la guerra los científicos alemanes se quedaron fuera de estos círculos, perjudicando sus publicaciones y reconocimiento. Aunque exista una gran competitividad, en la ciencia siempre ha reinado un ambiente internacional y el patriotismo ha estado en un segundo lugar frente a la calidad de los resultados. Un gran científico es reconocido por demás sin importar su país de origen. Por eso el hecho de que los alemanes se quedaran fuera de estos círculos es debido más a los problemas de comunicación que a la guerra en sí. Durante la Segunda Guerra Mundial, la exterminación de judíos afectó a las universidades y centros de investigación, provocando que un quinto de los físicos y un octavo de los biólogos alemanes abandonaran sus puestos. Los que lograron exiliarse a Estados Unidos empezaron a publicar en inglés, haciendo más evidente el desuso del alemán en la ciencia.
Durante las siguientes décadas el inglés tomaba fuerza como lengua científica pero competía con la aparición de otra lengua científica importante: el ruso. La Guerra Fría y las tiranteces entre la Unión Soviética y Estados Unidos obligaban a los científicos de la Unión Soviética a publicar sus resultados exclusivamente en ruso. Durante los cincuenta y los sesenta todas las publicaciones científicas se escribían en inglés o en ruso, hasta sufrir un cambio drástico en los años setenta. El decaimiento de la Unión Soviética también provocó una disminución del número de publicaciones en ruso, siendo definitivo el uso del inglés como lengua científica preferentemente.
A mediados de los noventa, un 96 por ciento de las publicaciones científicas son en inglés, una tendencia que aumenta hasta nuestros días. Aun así, aún existen publicaciones especializadas en idiomas distintos al inglés, en España existen varias revistas científicas que te permiten presentar resultados en español, pero como desventaja tu artículo tiene necesariamente una menor repercusión a nivel internacional. Si quieres ser un científico reconocido a nivel mundial, escribir en ingles no es una opción, es una obligación.
Para fomentar la divulgación de los resultados entre la población, la mayoría de centros de investigación emiten notas de prensa en español e inglés sobre los nuevos descubrimientos de su centro. Además, existe toda una red de divulgación científica (nosotros incluidos) en la que se puede hallar la información accesible en una lengua para todos los públicos. La ciencia es en ingles, pero la divulgación no.
Fuente | Popular Science