Medicamentos contra la fiebre, ¿responsables de un mayor contagio de la gripe?
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Realmente, es lógico que cuando nos encontremos enfermos intentemos estar lo más “a gusto” posible, dentro de la situación de enfermedad. Por ello, lo primero que se nos ocurre al resfriarnos o padecer gripe es disminuir el malestar mediante antipiréticos (medicamentos contra la fiebre), analgésicos (contra el dolor) o mucolíticos (para acabar o disminuir la mucosidad). Hasta ahora los mismos profesionales sanitarios afirmaban que no había ningún problema en usar estos medicamentos, pero un estudio publicado hoy mismo en Proceedings of The Royal Society no opina lo mismo.
Según la investigación a cargo de la Universidad de McMaster, en Hamilton (Canadá), el uso indiscriminado de medicamentos cuya función es bajar la fiebre pueden acabar favoreciendo el contagio de la gripe, dando lugar a miles de enfermos y hasta un millar de muertes tan solo en Norteamérica cada año. Para que los sepáis reconocer mejor, os hablo de medicamentos como el ibuprofeno (que también es antiinflamatorio), el paracetamol, y el ácido acetilsalicílico (más conocido como Aspirina ®).
El autor principal de este estudio, David Earn, del Instituto de Investigación de Enfermedades Infecciosas (IIDR) Michael G. DeGroote y profesor de Matemáticas en la Universidad McMaster nos alerta de la siguiente manera:
“Cuando se tiene gripe, la gente suele tomar una medicina para reducir la fiebre. A nadie le gusta sentirse mal, pero resulta que nuestra comodidad puede ser a costa de infectar a otras personas”
“Dado que la fiebre puede en realidad ayudar a reducir la cantidad de virus en el cuerpo de una persona enferma y disminuir la posibilidad de transmisión de enfermedades a los demás, tomar fármacos que bajan la fiebre puede aumentar la transmisión. Hemos descubierto que este aumento tiene efectos significativos cuando escalamos a nivel de toda la población”
Por otro lado, también señalan que es probable que pensemos que, a menor fiebre, menor riesgo de infección y contagio a otros. Pero la realidad es justo al revés, pues si reducimos la fiebre de manera artificial nuestro cuerpo no reduce la cantidad de virus, y estos se pueden contagiar a otros individuos.
La conclusión final del trabajo indica que evitar la fiebre mediante medicación puede aumentar, cada año, hasta un 5% el número de casos de gripe. Para que os hagáis una idea, esto son hasta mil muertes más cada año solo en Norteamérica.
“Como siempre, la madre naturaleza sabe más. La fiebre es un mecanismo de defensa para protegernos a nosotros mismos y a los demás. Bajar la fiebre con fármacos sólo debe tomarse para frenar la incomodidad pero no para permitir a la gente a salir a la comunidad cuando todavía debe quedarse en casa. A menudo se aconseja a la gente tomar medicamentos para reducir la fiebre y los textos médicos afirman que hacerlo es inofensivo. Este punto de vista tiene que cambiar”
Como veis, cada vez salen a la luz más estudios que afirman que el uso generalizado y poco regulado de los medicamentos puede llevar a situaciones desagradables. Por ejemplo, una de las conclusiones más recientes es el daño que puede hacernos el uso de los antibióticos de forma indiscriminada, ocasionando mayor resistencia por parte de los microorganismos y, por tanto, dejando inutilizados estos medicamentos.
Con los fármacos contra la fiebre pasa lo mismo. Habrá que sentirse un poco más incómodo delante de la gripe a cambio de ocasionar un menor número de contagios.
Vía | Proceedings of The Royal Society.