Utilizando la luz para cazar al dolor
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Hay quienes dicen que el dolor es necesario, pero creo que la mayoría del mundo intenta evitar a toda costa el dolor. Es algo normal en la naturaleza humana, pero sin embargo es imposible no sufrirlo de vez en cuando por el motivo que sea.
El caso es que el dolor nos sirve para saber que algo va mal en nuestro cuerpo, pero el problema viene cuando es una cantidad suficiente para hacer caer inconsciente a la persona. Para evitar eso, un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford ha conseguido desarrollar una técnica que permite modular la cantidad de dolor.
La técnica con la que estos investigadores lo han conseguido se basa en la optogenética, un método que introduce genes en los animales con proteínas sensibles a la luz. Para conseguirlo, se introdujo en las patas de ratones de laboratorio un virus que contenía una proteína presente en células fotosensibles de la retina, la opsina.
La luz y la opsina como medio para regular el dolor
La opsina tardó varias semanas en llegar al ADN de los nervios responsables del dolor, y aprovechando que los ratones de laboratorio vivían en jaulas hechas de polimetilmetacrilato (también conocido como Plexiglas) empezaron a enfocar luz directamente a las patas con el objetivo de regular la cantidad de dolor que los ratones sentían.
En un futuro, y si se consigue una manera posible y segura de hacer este proceso en seres humanos, podría ayudar a los profesionales sanitarios a localizar y tratar el dolor de una manera mucho más efectiva. Mientras, sólo podemos esperar a que la técnica avance.
Fuente | Ubergizmo