No dormir podría causar un daño cerebral irreparable
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Para aquellos que trabajan por turnos; para aquellos que tratamos de compensar la falta de sueño durante los fines de semana; para aquellos que simplemente les gusta pernoctar: la falta de sueño podría causar un daño cerebral irreparable. La privación de las horas de sueño a largo plazo podría minar la energía cerebral incluso después de días de recuperación del sueño. Y podría ser una señal de daño cerebral permanente.
Un pequeño estudio llevado a cabo entre 15 individuos y publicado en la revista Sleep constató recientemente que el hecho de pasar una sola noche sin dormir podría estar relacionada con una pérdida de tejido cerebral. Los científicos, de la universidad sueca Uppsala, demostraron este hallazgo a partir del aumento de las concentraciones en sangre de dos moléculas del cerebro después de la noche de insomnio, la enolasa neuroespecífica (NSE) y la proteína fijadora. Huelga decir que ambas se elevan en caso de daño cerebral.
La conclusión a la que llegaron los investigadores es que si una noche provoca tales consecuencias, la falta de sueño a largo plazo puede provocar procesos neurodegenerativos.
Para el estudio, los científicos compararon los resultados obtenidos de los participantes tras pasar una noche en vela y dormir otra durante 8 horas. Los investigadores encontraron que los niveles de las dos moléculas citadas eran mayores por la mañana tras la noche sin dormir, en comparación con la mañana después de una noche completa de descanso.
Daño ampliamente corroborado
Este estudio, a pesar de ser pequeño (gran sesgo), ha obtenido los mismos resultados que estudios anteriores que ya han relacionado la falta de sueño con el daño cerebral. Es más, algunos estudios han relacionado una mala calidad del descanso con la aparición temprana de demencia. Uno de estos trabajos, publicado en la revista Journal of Neuroscience, encontró que el sueño es necesario para el mantenimiento de la homeostasis metabólica en el cerebro (estabilidad y equilibrio interno). La vigilia está asociada con el estrés mitocondrial, y sin dormir lo suficiente, se genera degeneración neuronal.
Este estudio en cuestión mostró, además, que tratar de ponerse al día con la “deuda de sueño” durante los fines de semana no evitaría el daño. Para llegar a su conclusión, los investigadores sometieron a los ratones a un horario de sueño irregular similar a la de los trabajadores por turnos. Los roedores realmente perdieron 25% de las neuronas localizadas en su locus cerúleo, núcleo del tronco cerebral asociado con la excitación, el estado de vigilia y ciertos procesos cognitivos.
Alzheimer y falta de sueño
En una línea similar, otra investigación publicada en la revista Neurobiology of Aging sugería que las personas con problemas crónicos del sueño podrían desarrollar la enfermedad de Alzheimer antes que aquellos que duermen bien. Aunque para este estudio hay que ser precavido. Los mismos científicos reconocieron que lo verdaderamente importante de las conclusiones era comprobar si la alteración del sueño es un factor de riesgo para desarrollar enfermedad de Alzheimer o es algo que se manifiesta con la enfermedad.
En este estudio también con ratones, modificados genéticamente para desarrollar la enfermedad de Alzheimer, los investigadores expusieron a un grupo de estos animales a 12 horas de luz y 12 horas de oscuridad, mientras que otro grupo fue expuesto a 20 horas de luz y sólo a 4 horas de oscuridad. Esta falta de oscuridad redujo significativamente la cantidad de tiempo en la que los ratones dormían, claro está. Tras 8 semanas, los ratones que dormían menos mostraron niveles de memoria más pobres, y su capacidad para aprender cosas nuevas también se vio afectada, a pesar del hecho de que los dos grupos de ratones tenían aproximadamente la misma cantidad de placa amiloide (una característica de la enfermedad de Alzheimer ) en sus cerebros.
Dado que ambos grupos de ratones modificados genéticamente del mismo modo, pero sólo el grupo privado de sueño desarrolló de forma más temprana los problemas relacionados con la memoria, los investigadores creen que la privación del sueño podría ser un factor desencadenante de los procesos patológicos que aceleran la enfermedad de Alzheimer.
Y para dar más entidad a la cuestión, otro estudio previo publicado en la prestigiosa revista Science puso de manifiesto que el cerebro elimina los desechos tóxicos durante el sueño a través de lo que se ha denominado “sistema glimfático”. A través del mismo, se vuelcan los residuos cerebrales al sistema circulatorio, que llegan al hígado, donde son finalmente eliminados. Pero ahí lo más importante: al parecer, en este proceso se incluye la eliminación de las proteínas nocivas vinculadas a trastornos cerebrales como el Alzheimer. Ahí de nuevo la relación.
Fuente | Mercola, Eurekalert