¿Los ácidos grasos omega-3 protegen del encogimiento cerebral?
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Aunque en anteriores ocasiones os hemos hablado de alguna investigación sobre la nula protección que ofrecen los ácidos grasos omega-3 delante de las enfermedades cardiovasculares (al menos en cuanto a suplementación se refiere), es posible que para nuestro cerebro si tengan algunos beneficios, concretamente evitar que nuestro preciado órgano se encoja con la edad y todas las consecuencias que eso conlleva.
Ácidos grasos Omega-3 que protegen nuestro cerebro
Según un nuevo estudio, las mujeres mayores con niveles más elevados de ácidos omega-3 en sangre tienen un encogimiento cerebral menor respecto a aquellas mujeres con niveles más bajos de estos ácidos grasos. Es decir, estos resultados sugerirían que los omega-3 protegen al cerebro de la pérdida de volumen cerebral que ocurre con la edad, y que afecta sobre todo a aquellas personas que sufren demencia.
Según James Pottala, profesor de la Escuela de Medicina de Sanford en la Universidad de Dakota del Sur y autor principal del estudio:
“El cerebro se vuelve más pequeño durante el envejecimiento – alrededor de un 0,5% anual tras los 70 años – pero la demencia acelera este proceso de contracción cerebral”
Para llegar a estos resultados, Pottala y sus colegas analizaron datos de 1.111 mujeres con una media de edad de 70 años y sin demencia asociada del Women’s Health Initiative Memory Study para demostrar la posible asociación entre los omega-3 y el encogimiento cerebral general o en regiones específicas del cerebro involucradas en la memoria y otros procesos cognitivos.
Omega-3 y glóbulos rojos
Para el estudio se midieron las cantidades del ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA) en los glóbulos rojos de las pacientes, ya que son buenos indicadores del consumo de este tipo de nutrientes. El DHA representa del 30% al 40% de los ácidos grasos de las membranas celulares del cerebro y se concentra especialmente en las conexiones neuronales o sinapsis según comentan estos científicos en la revista Neurology.
Según la clasificación de los investigadores, se dividió a las mujeres en cuatro grupos, donde el nivel alto era un indice de omega-3 de 7,5%, y el nivel más bajo un 3,4%. Tras 8 años se sometió a las pacientes a resonancias magnéticas y se encontró que aquellas con niveles de EPA y DHA más altos al inicio del estudio poseían dos centrímetros cúbicos más de cerebro que las mujeres con niveles más bajos. Además el hipocampo (una región relacionada con la memoria) era un 2,7% más grande en las mujeres con niveles más elevados de omega-3.
Cabe destacar que en ningún momento se midió la funcionalidad cognitiva de las pacientes, sino solo el volumen cerebral, por lo que la relación entre un mayor volumen y una mejor conservación de la memoria o protección contra la demencia es desconocida. Además tampoco controlaron si el consumo de omega-3 había variado durante esos años en las pacientes.
Por tanto, debido a estos múltiples sesgos y posibles errores, Pottala afirma que será necesarios más estudios al respecto mucho mejor controlados.
Vía | Reuters.