¿Sabes cómo hay que dormir la siesta y cuáles son sus beneficios?
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Parece mentira que el que escribe esta entrada casi nunca haya dormido la siesta, pero después de todas las ventajas que se están descubriendo con el paso de los años, creo que va siendo hora de replanteármela seriamente.
En realidad, la siesta es algo bastante natural. De hecho, se cree que el 85% de los mamíferos duermen durante pequeños periodos de tiempo a lo largo del día. A día de hoy, cuesta creer que con todos los avances tecnológicos que hay a nuestro alrededor, todavía el sueño siga encerrando muchísimas incógnitas.
Aunque últimamente se ha avanzado bastante gracias a las diversas pruebas funcionales que permiten detectar la actividad cerebral en tiempo real, la neurología necesita aún despegar. Se suele decir que necesitamos al Einstein del campo de la neurociencia para que nos ayude a desentrañar los secretos del cerebro. Me pregunto si está ese Einstein entre alguno de vosotros.
¿Qué sabemos del sueño?
Lo que sí sabemos del sueño es que presenta dos fases bien diferenciadas:
- La fase REM (rapid eye movement), una fase que, como su nombre indica, los ojos se mueven a gran velocidad.
- La fase no REM, que se divide a su vez en otras cuatro fases.
Dentro de esta última, las fases van desde la 1 hasta la 4, siendo la 1 un estado similar a la somnolencia, y la 4 en la que ya nos encontramos profundamente dormidos con todas nuestras constantes vitales enlentecidas.
De repente, algo extraño sucede cuando pasamos a la fase REM, es como si nos volviéramos a activar. Dicho de otro modo, el cerebro se vuelve más activo; la respiración es más rápida, irregular y menos profunda; y los ojos se mueven a gran velocidad. Parece sacado de una película de terror, pero no puede estar más lejos de esa realidad, pues es durante esta fase, la REM, cuando soñamos.
La función del sueño se encuentra aún en debate, pero parece ser que ayuda a consolidar lo que hemos aprendido durante el día y a limpiar nuestro cerebro de sustancias tóxicas.
¿Cómo hay que tomar la siesta?
Aquí van unos consejos demostrados sobre cómo tomar la siesta perfecta:
- La siesta es mejor por la tarde. Parece algo obvio, pero hay gente que no las hace durante la tarde.
- Estar en un ambiente calmado y tranquilo.
- La temperatura debe ser confortable.
- El ruido y la luz deben reducirse lo máximo posible.
- Duerme, no te dediques únicamente a reposar sobre la cama (como me ha ocurrido a mí en algún que otro intento de echarme una siesta) puesto que así no descansarás lo mismo.
- La siesta debe ser corta, de unos 20 minutos.
¿Cuáles son los beneficios de la siesta?
- Mejora nuestra memoria. En un estudio científico, a los sujetos se les pidió que recordaran una lista de 30 palabras después de una siesta de 60 minutos o de hacer deporte. Aquéllos que durmieron la siesta realizaron la tarea mucho mejor que los que se dedicaron a la actividad física. Incluso estos resultados mejoraron considerablemente con tan solo una siesta de 6 minutos.
- Mejora nuestras habilidades para resolver problemas. El investigador Robert Stickgold descubrió en sus estudios que cuando los sujetos alcanzaban la fase REM, les llevaba menos tiempo realizar las diferentes conexiones entre las ideas.
- Mejora nuestra atención y reflejos. De esta manera, un estudio de la NASA con 747 pilotos como muestra demostró que aquéllos que durmieron una siesta de una media de 26 minutos al día fueron, comparados con los otros, más atentos a la hora de reaccionar y cometieron menos fallos a la hora de procesar la información.
Además, en este último apartado cabe destacar otro estudio que englobó a físicos y enfermeros que trabajaban en turnos de 12 horas que demostró que los que dormían una siesta de 40 minutos, tuvieron menos fallos en el trabajo, estuvieron menos fatigados y con más energía, y estaban menos somnolientos.
Así que ya sabéis, y me aplico también el cuento, a echarse una buena siesta.
Fuente: The Week